23 sept 2016

Eyes Sky, My World ( Adaptada : Giley)

Título: Eyes Sky, My World ( Adaptada : Giley)
Banda/Solista: Tokio Hotel/Miley Cyrus
Parejas: Georg Listing-Miley Cyrus
Completa: sí.
Género: Romance.
Categoría: Hetero.
Advertencias: Contenido Adulto.
Clasificación: Fiction Rated M (16+)






Resumen: 
" Los chicos de la famosa banda Tokio hotel, decidieron vacacionar juntos. Ésta vez, ellos se hospedaban en un hotel de Italia y no supieron que justamente en la puerta de en frente había una solista  vacacionando, justamente como ellos. 

Georg nunca supo perfectamente lo que le iba a suceder en ése mismo hotel, un día cualquiera, cuando él  casualmente cruzó miradas con una chica de la puerta 483. "




                                                                      ***




Italia, un lugar simple con nada en especial para mí pero con mucho para brindar. Sólo hoy iríamos hasta allí, a pasar unos días por los platos típicos. Últimamente necesitábamos un respiro, después de tantas giras, un descanso corto se podría decir simplemente.
Al llegar, le sacamos fotos a la hermosa vista que nos brindaba el sitio, nos sacamos fotos con las fans además de dar autógrafos.
Habíamos llegado a un lujoso hotel, ésta vez no me quedaría dentro por mucho, tenía mucha curiosidad y quería recorrerlo.
Estábamos con los chicos en la habitación que nos había tocado, era bastante grande, estábamos casi luchando con las maletas ya que éstas pesaban demasiado aunque tuvieran rodaje. Al entrar la última maleta por la puerta, cuando volteé a ver hacia atrás por el pasillo veía que una famosa artista había llegado a ocupar la habitación de en frente. No les presté atención de quienes eran ya que me metí al cuarto para después meterme a la ducha.
Me gustaba mucho la comida italiana. Luego del aseo, me producí sólo un poco como para salir a conocer el hotel junto  con los chicos, ya que éste contaba con salones de fiestas, restaurantes además de un bar incluido.
No me percaté de que ya se hacía tarde y aún estaba en el baño dándome el último toque, ya que nunca sabía cuándo me iban a fotografiar, o tal vez algúna fan se diera cuenta que era el famoso bajista y así es como entonces debía verme bien. Algo de fijador en mi cabello y salí con la toalla en la cadera hacia uno de mis bolsos. Los chicos rápidamente salieron de allí, dándome la privacidad que merecía, así que aproximadamente tardé unos minutos en probarme algún atuendo que me quedara bien o que al menos combinara de alguna u otra forma.

La gente iba y venía por el sitio mientras nosotros estábamos recorriendo el restaurante del hotel. Bill tomó un par de fotografías y entonces entramos para cenar alguna comida típica del lugar.
Cenamos pasta mientras hablábamos sobre el decorado y Tom sobre las mujeres que servían comida o de aquellas que casi modelaban por el sitio.

Finalmente, agotado del viaje, fué cuando regresamos hasta  la habitación que habíamos rentado cuando una chica captó mi atención completamente. Su mirada era tan limpia, tan profunda, tan especial que me hizo quedarme viendo su rostro unos segundos. Produjo que un suspiro se apoderara de mí. Uno de esos que sabes cuando pasa algo especial. Desde ése momento sentí que tenía una fuerte debilidad, la de acercarme a ella sea como sea.
Por más que quisiese no podía sacármela de la cabeza, esos ojos tenían un brillo especial en ése preciso momento.
Aquello fue para mi algo mágico, nuestras miradas se cruzaron de una manera única.

No he sido alguien a quién las apariencias le importasen, pero esos eran los ojos más hermosos de mi existencia. Su aspecto de chica  glamurosa decía otra cosa pero a mi no me importaba.
Por más que quisiese no podía dormir y llevo horas planeando que le diré cuando la vea.
Tomaré una excusa muy usada por cierto, como el preguntar la hora, seguido de un hola, soy Georg, Georg Listing, es un placer conocerte. Finalizará con un agradable saludo sin duda alguna.
Suspire otra vez pensando en todo aquello que haría.

                                                                 .....


Al día siguiente, después de un día agotador recorriendo Italia con los chicos, después de sacar y sacarnos fotografías los cuatro, me sentí con ganas de beber algunos tragos.  Por las casualidades de la vida, había visto a la chica de la puerta 483,  en el mismo bar del lugar. Ésta noche deseaba beber unas copas para quitarme los pensamientos absurdos que tenía sobre una completa desconocida. Ahí estaba ella, reí ante la casualidad. Mi cara de idiota se hizo notable, disimulé un poco para pasar desapercibido. Cuando ella me miró, me sentía un imbécil, el único en el planeta ya que mis mejillas se tornaron quizás rojas por la causa del calor que sentía en ellas.  Me le quedo viendo con una tonta sonrisa, no me percato de que también está observándome. Disimulo reír y oculto un suspiro bajo. La chica me mira fijo. Sin saber que hacer, finjo sorpresa.

- ¿Todo bien?. -
Pregunta una vez cerca de la barra, se posiciona al lado de mí.

-Excelente. -
Le respondo y río con nerviosismo, ya que la tenía al lado mío.
Ella mira su bebida no sé porque, algo tiene que me hace pensar en blanco.
De repente voltea la vista, me examina con la mirada, estoy nervioso en éstos momentos. Comencé a buscar con la mirada a los demás, pero no podía encontrarlos, o seguramente estarían coqueteando con algunas de las chicas del lugar.






                                                                      ***



Me relamo los labios volteando la vista, no podía resistirme simplemente tenía que hablar con ella pero algo me lo impedía.  Me sentía totalmente nervioso ya que apenas nos vimos por segunda vez, ésta vez echaré mis planes abajo y seguiré como si nada me pasase en éste preciso momento.

Al voltear, noto que había  desaparecido de mi vista, no sé donde se encontraba ahora. Reviso con la mirada el sitio y apagan la luz de repente, se pueden ver las luces de colores de manera llamativa alumbrar y decorar el sitio. Todavía sigo cercano a la barra, no me quiero despegar de aquí ya que sentía que éste día iba a ser especial de alguna u otra forma.

La música comenzó a sonar, la gente que había venido se habían ido hasta la pista para bailar al ritmo de la música que sonaba. No sé a donde estarán los demás, no los había visto desde que llegamos.

No sé que me pasa cuando su mirada choca con la mía de repente, está acercándose hasta mí, me parece, pero ahora que la veo está mirando a un joven que se encontraba al lado mío. No sé como tomar ésto, si llevarme la primera desilusión de mi vida o dejarlo todo a su suerte o simplemente querer intentar algo estúpido por cierto. Sé que no se había fijado en mí. Ella tomó al chico del brazo, invitándolo a bailar. Ignoro todo ésto, y doy un suspiro hondo bebiendo todo el contenido de alcohol que tenía servido en el vaso, que estaba nuevamente en la mesa de la barra. No sé como hacer para afrontar ésto ahora que lo pienso, Tom debería estar aquí conmigo.

Doy un último respiro y parezco no notarlo pero alguien me está tocando el hombro.

-¿ Bailas?-

Me dice con una sonrisa amplia. Es una rubia, tiene el cabello largo.

Niego ante aquella invitación, me encamino hacia la puerta de salida del sitio. Ésto de ligar no es para mí, se lo dejo a Tom, ya que él sabe como hacerlo. Ahora mismo estoy fuera de allí, me siento en el pasillo indignado cubriendo mi rostro con ambas manos. La verdad que no puedo creer lo fácil que me ilusiono por una completa desconocida.

-Hola-

Una voz me sorprende, no sé que más quieren de mí, no soy tan guapo para llamarle la atención a alguien en especial.

-¿Hola?-

Insiste y volteo a ver quien era. Una morocha me mira. Como sea, no soy tan desesperado para ligar con quien quiera que me encuentre al menos, éso también, es trabajo de Tom.

-Hola-

Le respondo para que se dé cuenta que no la ignoro, sé que insistirá en llamarme.

-¿Que hacías aquí, sólo?

Me pregunta como si aquello fuera fácil de responder.

- Me aburrí.-

Le respondo cruzándome de brazos mirando hacia el suelo, no sé porque yo le llamo tanto la atención en éste preciso momento, me gusta estar solo, quisiera estar sólo aunque varias personas no entiendan el mensaje.

-¿Porque?-

Me cuestiona. No había venido para que me cuestionen lo que hago o dejo de hacer, o al menos así lo pienso.

-Nada importante-

Le dijo bajando mi mirada, aun sentado como ella que está en frente de mí.

No sé porque no se va.. sé que nadie quiere estar a mi lado, sé que no soy tan atractivo como lo son los demás.

-Perdón si molesto-

Me dice y se levanta, ya era hora de que saliera y me dejara en paz.

Pienso sobre todo, me había hecho falsas ilusiones como si fuera un niño que espera un regalo, pero que al verlo nota que no era lo que había pedido .

Habían pasado las horas y me metí a la habitación,  ya era de madrugada y aún los demás no volvían. De repente oigo pasos y risas, en éso voy hacia la puerta y noto que ella iba en brazos de otro. Se me eriza la piel, siento cómo me paralizo totalmente. Sé que no debería importarme, sé que es una falsa ilusión. Sin saberlo siento como mi mandíbula dolía, ya que había estado apretando los dientes de una manera brusca. Sin más golpeo la puerta cerrándola de golpe.

                                                                 .....

Despierto a la mañana siguiente, el portazo que dieron fué demasiado fuerte. Tom me saludó destapandome por completo, sentí como mi cara estaba empapada.

-Joder que te pasa!-

Me despierto de golpe. Tom me había tirado agua a la cara el muy imbécil.

Le hablo enfadándome, no sé que hace a éstas horas.

-Despierta Georg, es muy tarde ya.-

Me dice y yo no logro entender a que se refería.

-Que paso?-

Pregunto entre dormido.

-Había venido y no quería despertarte, fue raro que estés aquí y no divirtiéndote o tirándote a alguien.-

-Que?-

Le pregunto sin entender.

-Georg, son las cuatro de la tarde, aun no despertabas.-

Frunzo el ceño.

-Éso no te da derecho a despertarme de ésa manera, Tom.-

Me quejo dándome la vuelta, tapándome por completo.

-A que horas haz llegado?-

Le pregunto mientras seguía debajo de las sabanas.

-Tarde, y ya deberías haber desayunado, despierta! joder-

Me dice tirando de las sabanas y en eso caigo al suelo.

-Eres un imbécil joder!-

Le reclamo enfadado.

Suspiro levantándome del suelo, me meto al baño sin que me vea.

Ahora que lo pienso, habíamos venido aquí a divertirnos, a salir.. a despejarnos y relajarnos.. pero no podía si mi cabeza estaba en contra de todo. Cada vez que pensaba la veía en mi mente. Veía a aquellos ojos cielo y  mi mundo se paralizaba por completo. Soy invadido por un extraño escalofríos, que me recorre el cuerpo por completo..no sé que me pasa cada vez que pienso en aquello, me siento un idiota.






                                                                      ***



(Flashback)

Había sido preso de un hermoso sueño, en el que supuestamente yo estaba involucrado. Ella estaba en el sueño. Recuerdo que fué uno de ésos en los que simplemente te encuentras en una realidad alterna, sabes que sólo es tu imaginación la que actúa en tí. Supuestamente sentía que era algo especial ese tipo de señales que te da la vida para seguir algún sueño inalcanzable o algo imposible. Ella estaba enfrente de mí, con su sonrisa amplia, su mirada cristalina y sólo recuerdo un simple saludo, su voz tuvo un fuerte impacto lo que causó que me ruborizara en extremo. Trate de esconder mi rostro, desviar la mirada tal vez para ocultarme y seguido de éso responderle aunque sea un mínimo saludo, pero me cohibía más de la cuenta, era demasiado el tenerla ya de por sí en frente mío. Tragué mis miedos e inseguridades sin más, simplemente le respondí el saludo como si aquello fuera algo imposible. Soné idiota, con mi "Hola" un tanto apresurado.

Ella me miró, se corrió el cabello con un de sus manos, acercándose más a mí, su aproximación sólo logro que me ruborizara mas de la cuenta, no sabía que hacer, esta vez me sentía muy nervioso. Ella acaricio con suavidad mi mejilla, y en aquel momento sentí como todo se desvanecía por completo. Algo helado había caído en mi rostro. Al despertar noté que era Tom y sus maneras de despertarme.

                                                  (Fin del flashback)

                                                                .....


Era un día normal donde estábamos todos cenando y ésta vez me sentía aburrido. El restaurante ofrecía variedades de platos y yo únicamente había elegido algo que fuera vegetariano. Todo había marchado bien, no había rastros de la chica de la puerta 483, ni siquiera sabía si hoy la vería.
En la mañana, diría " tarde" , porque desde ya, me habían despertado a las cuatro de la tarde, entre que tomaba el desayuno y todo lo necesario que debía hacer, terminé saliendo a dar un paseo como a las seis de la tarde junto con con los demás. Fue totalmente aburrido para mí ya que mi mente pensaba en ella, no podía sacarme de la cabeza a ésa mirada tan intensa, ni ésa sonrisa que me tenía quizás algo loco.

Doy un suspiro y voy comiendo lo que tenía en el plato, no me sentía bien, de hecho los demás tenían planes para ésta noche y no quería arruinarlos con alguna excusa para alejarme de ellos y salir por mi cuenta en solitario. Tal vez a dar una vuelta y encontrármela, ésa era mi meta pero no podía simplemente arruinarles los planes.
Pasaron las horas y por fin salimos del hotel a pasear, iríamos a otro club nocturno, tomando como referencia un pequeño mapa desde nuestros teléfonos.
La historia se repetía en mi cabeza una y otra vez, deseaba ver aquella mirada, ése rostro de "no me importas" .. Tener que fingir una sonrisa alegre, tener que soportar algún rechazo por su parte.
                                                                .....


La noche fue totalmente aburrida para mí ya que así lo sentía porque ella no estaba en ningún sitio. No había tomado absolutamente ni una copa de más, alguno de nosotros cuatro debía responsabilizarse.
Cuando regresábamos directo al hotel donde nos hospedábamos, acompañé a los ebrios, por mi mala suerte debía llevarlos yo mismo ya que yo era el que menos había bebido.
Cuando había entrado a acompañarlos hasta adentro, me aseguré de que estuvieran cómodos y no se cayeran de la cama. Me salí del cuarto una vez que sabía que estaría mejor sin mí, yo sólo me sitúe en el pasillo, con un cigarrillo en los labios. Necesitaba tranquilizarme una vez por todas. No deseaba pensar en absolutamente nada en ése entonces.
De repente escucho unos pasos hacia mi dirección. Cuando volteo no puedo creerlo, simplemente no podía creerlo. Parpadeo varias veces..un suspiro se me atasca en la garganta. trago en seco desviando la mirada al piso. Creo que me siento algo raro en éste preciso momento.


-Hola.-

Me saluda. Tiene ésa dulce y suave voz creo que ésa es la sonrisa más bonita que nunca había visto. No sé como viste, sólo me quedo mirándole su perfecto rostro, y un suspiro sale de mí. Podría regalarle todos los poemas que ella quisiera, podría ser el hombre que espera, su príncipe, el único de su vida.

-H-Hola-
Le respondo entre cortado o tal vez aquel saludo haya sido muy rápido, mientras le sonreía como idiota. Me sentía nervioso ya que éramos los únicos que estábamos aquí, y el estar solos me provocaba mucha inseguridad, a la vez nervios.

-y.. ¿Qué haces sólo en la mitad de la noche?-

Pregunta, se acerca más a mi lado y no comprendo, no entiendo porqué le llamé la atención. Siento que me derrito cada vez más.
Me toma unos segundos en pensar la respuesta, tenerla aquí es algo imposible, además hablándome, y no lo creo. Creo que me he quedado totalmente mudo por un momento, sin darme cuenta.

-No puedo dormir, es.. todo -
Aquella fue mi respuesta, mezclada con algo de timidez, pero noto que ella se queda, no puedo creer que se quede, comparta una simple conversación conmigo.

-Yo tampoco -
Dice, se le forma una mueca en los labios. Mira hacia abajo, luego me mira.

-¿Esperabas a alguien? -

Me pregunta nuevamente, rompiendo el corto silencio, está mirándome, tiene la mirada intensa y yo siento que moriré.

-No, para nada -

Fue mi respuesta vacía. Sentía que era lo justo.

-Y tú?-
Pregunto con algo de interés. Estoy sonriéndole un poco.

-Ah..mi novio se está tardando en venir, estaba para ir a tomar aire, caminar a las afueras..-

Aquellas palabras me dejaron completamente mudo. Mi sonrisa se desvanece rápidamente. Tenia novio y sentía cómo todas mi ilusiones se me venían abajo.
Vaya.. Otra vez perdí. Me dije para sí. No comprendía qué era lo que le veía a ése tipo.
Me quedé en silencio, aceptando lo inaceptable.

-¿...vienes conmigo?-

Me pregunta entre el silencio incómodo.

-Está bien, vamos-

Le respondo cabizbajo mientras que salimos del hotel a recorrer las calles vacías.

Pasaron los minutos y seguía ése silencio que para mí era algo insoportable.

-¿Te gustan?-

Me dijo tendiéndome un paquete de pastillas de menta.

Le sonreí tomando una de ellas.

-Gracias-

Le dije mostrándole una linda sonrisa de mi parte.

-No descuida.-
Me respondió de regreso. No sé que había hecho con el cigarrillo. Pero soy tan idiota que lo tenía entre medio de mis dedos de la mano derecha. ¿Porque soy tan olvidadizo? o es que estar con ella me tiene tan idiota, tan perdido.
Caminamos un largo rato, la chica se sentó en una banca. Me senté a su lado.
Nos miramos y hubo un profundo silencio. Uno de ésos donde cualquier palabra quedaba corta entre nosotros. Sentí cómo un fuerte sentimiento me azotaba el estómago.

Me deshice con su mirada completamente y en un suspiro.

Ella soltó una risa burlona mientras que estábamos sentados, de la nada como si hubiera pensado algo en ese instante.

-Te conozco, no sé de donde pero ví tu rostro en alguna parte-

Me dice mientras que yo intentaba cubrirme con lo que sea que hubiese porque me había ruborizado a causa de sus palabras.

-Yo.. soy el bajista de Tokio Hotel.-

Le digo con la voz calmada, soltando una leve risa.

- ¿Qué? Haz cambiado mucho desde que te vi por última vez..eras ..tenías el cabello largo.. lo tienes corto y .. de verdad no te conocía.-

Aquello logro que me ruborizara al máximo.

Solté una risa quizá de nerviosismo y en éso oigo su móvil esta sonando. Ella lo atiende rápidamente, escucho lo que dice, aquello me afecta de sobremanera.

-Georg ¿no te molesta? tengo prisa.-

Me dijo, guiñandome un ojo,estaba sonriendo.

-Esta bien.. nos vemos pronto.-

Fue mi respuesta a lo que se levantó caminando hacia no sé donde pero parecía que conocía el lugar. Por lo tanto, yo caminaba a paso tranquilo, de regreso al hotel, sabía donde estaba el edificio y era lo que tenia entendido ya que habíamos caminado en linea recta. Al llegar, los chicos estaban dormidos en sus camas, seguían donde los había dejado. Me preocupaba la idea de tener que verla, o cada vez que lo hacía tener que oír el nombre de su novio o verlos tal vez, quizá no lo soportaría una última vez.
Me quedé dormido rápidamente.




                                                                      ***



Un nuevo día había comenzado para mí, me desperté a horario pero ésta vez era Tom el que dormía. Quise vengarme a lo que rápidamente caminé hasta la cocina con sólo mi pijama por un vaso de agua. No era para mí de hecho, se lo tiré a la cara cuando al fin me había acercado hasta él.
Él me maldició por lo que tuve que salir de donde estaba ya que Tom me tiraría algo. Me reí mientras iba hasta la cocina, intentando preparar el café para todos nosotros en la pequeña  cafetera.
Me escabullí al baño, debía alistarme al menos así que me aseé como normalmente lo hacía, luego intenté no perder el tiempo en elegir la vestimenta, ésta vez sería algo típico de entre casa.
Me encaminé a buscar las tazas, el café ya estaba listo y el calor se mantenía en el recipiente.
Me quedé en la cocina pequeña mientras observaba el líquido de la taza. En mis sueños ella me besa..me dice que no quiere perderme, que no hay nadie más..Que soy su chico. Me relajo, tomo asiento divagando en aquéllos pensamientos que son tentadores y me provoca que un débil suspiro salga por mis labios. No es la primera vez que su presencia me visita en sueños, que hace realidad aquellas fantasías que surgen de algún sitio que desconozco, y que sin dudas me llevan a la perdición. Algo me desconecta de mis pensamientos y es Tom. Lo miro aunque no pudiera quitar ésos ojos claros de mi mente, no entiendo lo que dice Tom, y es que me he quedado como idiota mirándole sin decir nada.
¿Que hora era acaso? Eran las diez de la mañana, de hecho y mi reloj de mano me lo hace notar. Bill y Gustav no estaban presentes, de hecho habían salido muy temprano.

Cierro los ojos y lo veo nuevamente. Ella vive allí, entre medio de mis fantasías y cosas que anhelo. Ella es la dueña de mis pensamientos , ha venido para quedarse y no irse jamás.
Recibo un golpe en la cabeza con algo suave y cuando abro los ojos veo a Tom. Él me ha tirado algo, uno de los almohadones del sillón de la sala.
Me río negando, no le digo nada porque me siento idiota en éste momento.

-¿Vamos a ir a ver mujeres? Por eso tan feliz?
Me replica. Yo sólo suelto una risa por lo que decía.

-Muero por ir a tirarme alguna.
Le digo entre risas siguiéndole el juego.

-Ah era eso. Déjame decirte que no iremos a buscar mujeres, sino comida y a los otros dos.-

Aquello hace que bufe. No quería que lo dijera, ya lo sabía.

-Yo no quiero salir Tom.. -
Le hablo algo triste. Y es que tenía una muy buena idea en mente en el día de hoy.

-¿ Porque?-
Me pregunta.

-No Tom.. Por nada. Ve tú.-

Le respondo desviando la vista con una tonta sonrisa.

-Está bien. Llámame si pasa algo.-

Me dice mientras que termina lo últimos sorbos del café.

-Descuida. Asi será.-
Le sonrio y él sale por la puerta.
En ése momento me doy cuenta que al beber el café se había enfriado. Un escalofríos me recorre entero cuando oigo que golpean la puerta. Joder.. ¿Tom no llevó las llaves o qué? Me pregunto para sí caminando hasta la misma. En sí no era tan fácil abrir la puerta si no traías una llave.
En cuanto la abro mi cuerpo se paraliza entero. Mis labios se entre abren pero no digo nada a causa de la sorpresa. Las palabras no me salen, pero la chica que está en la puerta me habla.

-Me pregunto si tendrías algo de... azúcar-

Trago en seco a causa de aquellas palabras, pero me logro calmar. Un escalofríos me recorre entero.
Aquellos ojos me paralizan, me hacen sentir incapaz de hablar, de decir algo. Mis manos tiemblan quizás de nerviosismo. No logro normalizar mi cuerpo, no con ella presente.

-Eh..s-si..-

Suelto algo nervioso. Una corriente eléctrica me recorre entero, no sé porqué provoca todo esto en mí.

-Y-ya..voy -

Le digo con cierto nerviosismo. Me encamino hasta la cocina. Busco el recipiente y sólo  fueron minutos que su voz me toma por sorpresa.

-Georg, perdón entré sin avisar.. Pero me preguntaba si .. ¿Quisieras desayunar conmigo? Yo.. me siento sóla ahí dentro.-

Me di la vuelta escuchando lo que decía, tenía el recipiente de azúcar en una de mis manos.

-Descuida.. Sí, también me gustaría. -

Le dije, aunque tenía un nudo en mi garganta que me impedía hablar con normalidad. Ella tenía la mitad de su cuerpo recostado contra la pared. Sus ojos me miraban con ése hermoso azul que jamás he visto en alguien.

-Ven al mío, eso si quieres.-
Dijo aquello en una hermosa sonrisa.

Asiento sin saber que decir, aquella sonrisa me puede totalmente. Ahora mismo siento calor en mis mejillas.

-Si.. Mejor, te acompaño en la tuya. -

Suelto aquello mientras que mis manos siguen igual de temblorosas con ella aquí.

Caminamos hasta su cuarto. Guitarras, micrófonos..parlantes..vestimenta extraña y colorida. No entendía que hacía todo aquello cercano a la puerta, justamente cerca de un pasillo.
La sigo, el lugar es grande y llegamos hasta una mesa. Ella me mira, vá hasta la cocina. Al verla otra vez yo ya había tomado asiento dejando el recipiente de azúcar en la mesa.
Miro su silueta al irse, trae dos tazas y prepara la mesa. Me siento un inútil en éstos momentos.

-¿té o café?-

Me pregunta mirándome fijamente. Su mirada me derrite.

-Eh..café.-
Salen aquellas palabras de mi boca forzadamente.

Veo que se va de nuevo, busca otras tantas cosas y las coloca en la mesa. No sé que pasa conmigo, pero tengo el café servido delante mío y no me di cuenta.

Todo esto me sorprende. El cómo apareció de repente llamando a la puerta, con una sola pregunta, la que me trajo aquí. No puedo creer que esté aquí en este momento. La voz de ella me hace reaccionar rápidamente.

-Se te enfriará-
Me dice con su suave voz. Se me sale una sonrisa sin querer, y bebo despacio el líquido.




                                                                      ***




-¿Qué me cuentas sobre tú vida? ¿Cómo te ha ido?-

Me pregunta con calma yo no puedo evitar sonreír y tal vez sonrojarme un poco por cómo me mira. Ésa mirada me tiene preso, ésa mirada es todo lo que está bien en ésta vida o en la próxima. Ésa mirada es todo lo que necesito para poder sentirme vivo.

Trato de recordar su pregunta, no quisiera ser un estúpido olvidadizo en éste momento.


-Bien, de hecho vinimos a relajarnos, y me gusta aquí, me gusta Italia porque es un lugar muy tranquilo-


Aquella fue mi respuesta. Mi voz se denotaba tranquila o así quería aparentar, su presencia me tenía algo cohibido.

 Tenía algunas dudas sobre lo que pasaba con su vida como artista, ya que me me había centrado mucho en estar con los chicos por el KOS y no sabía nada de ella en ese lapso de tiempo. Hacía mucho que  habíamos concurrido a unos de sus conciertos, además la canción wrecking ball  había sido todo un éxito, sin contar con el famosísimo video de la canción.Bajé la vista nuevamente sintiéndome algo incómodo, no sabía que decir en éstos momentos.

-Nosotros tocaremos en el bar los próximos días ¿ Nos vendrás a ver?-

Dijo con entusiasmo en cuanto volteé la vista a mirarla. Asenté tranquilo jugando con el asa de la taza. No sabía si era una invitación seguido de un " Hey Georg, quiero verte ahí ".

Entre que bebimos con tranquilidad, desayunamos y hablamos de temas no tan interesantes, además de hablar simples temas de nuestro trabajo como músicos.  Ambos somos famosos y éso me lleva a la fantasiosa idea de quizá cantar algún día a su lado.

Al terminar de desayunar, ambos levantamos la mesa, y es que ayudarle es lo menos que puedo hacer. Ella me detiene cuando me dirijo hacia la cocina detrás suyo, me mira examinandome.Me estremezco. Mi piel se eriza con su sola presencia, algo molesto ataca fuertemente mi estómago cuando su mirada sostiene la mía.

-No te hubieras molestado Geo, deja, yo lo hago-


Después de quizá dudar esos cortos segundos, me dice aquello con su suave voz. Ella me quita lentamente la taza, me está  acariciando débilmente una de mis manos. No es ni siquiera un caricia sino un leve roce. Un cosquilleo se  apodera de mí, y ella me está mirando con sus labios entre abiertos, parecía que el tiempo se había detenido para mí en ése instante.

Bajo la mirada avergonzado, me siento débil ante aquellos ojos, ante ella principalmente y siento ruborizarme al instante y mi mirada sigue en el suelo, soy incapaz de volver a verla.

Cuando alzo la vista, me doy cuenta que ella se había alejado de mi, llevando lo último a la cocina.

Respiro aliviado, aquél momento fue el más incomodo para mí.


-Ven, vamos, Geo.-


 Me dice saliendo de la cocina para luego caminar hasta la sala.

La sigo, y es inevitable no poder sorprenderme ante lo que tiene en sus manos.

Un DVD de quizás sus recitales en vivo. Me lo extiende, lo tomo entre mis manos, éste era especial para mí..sólo porque ella me lo había extendido. Lo reviso bien, y se lo devuelvo.


-Es un obsequio, Geo, no debes dármelo-


Me dice sonriendome. Me sorprendo totalmente.


-Gracias-


Le digo totalmente emocionado y algo tímido.

Pasamos hacia el sofá, nos sentamos y ella enciende el gran plasma.


-Te quiero ver la próxima noche ahí-


Me dijo sonriéndome. Aquella era la sonrisa más hermosa que vi jamas. Pero en cuanto el silencio se hace presente ...golpean la puerta. Me siento algo incómodo ya que no sabia quien sería.

-Ya vengo-


Dice encaminandose hasta la puerta, oigo una voz masculina diciéndole "Amor, estoy aquí". Mis manos se entrecierran en el asiento alcolchonado del sofá, fuertemente. Los veo, están tomados de la mano, se dirigen hasta donde me encuentro yo.

-Cariño, Él es Georg, salúdalo-


Dice ella con una voz totalmente seductora, y yo les muestro una linda sonrisa fingida. el tipo la sostiene del cuello, le dá un beso en los labios de ella haciendo que el sonido de sus labios se oiga en la sala. Joder que asco.


-Vé, ya abrán más de éstos para tí-


Le dice pero el tipo la suelta por fin, se dirige hasta mi lado, y se sienta allí mismo.


-Soy Brad, mucho gusto-


Dice con una sonrisa amplia y alegre, extendiendo su mano.


-Georg, mucho gusto-


Le hablo mientras que por dentro me daban ganas de asesinarlo. A no ser por la sonrisa ella, ésa sonrisa me hacía olvidar el malhumor que se estaba originando dentro mío.

Ambos habíamos estrechado las manos, él luego se tira encima de ella para besarle y siento mi estomago revuelto, siento que éste es el momento más incomodo de mi existencia.

-Tranquilo, tenemos invitado-


Dice ella señalándome en cuanto él voltea la vista y se calma. Ellos me miran, ella está ruborizada ante la escena. Quisiera ser ésa persona ahora mismo, quisiera poder abrazarle o besarle quisiera que mis sueños se hicieran realidad, aunque en mi mundo las cosas son diferentes. Como si existiera un universo paralelo dónde sólos somos dos.

-Yo.. t-tengo que irme..-

Les digo mientras me ponía de pie. No podía soportarlo. Esto se estaba tornando más incomodo de lo que parecía. Ella me acompaña hasta la puerta pero antes de despedirme me toma del brazo.

-No faltes-

Dice en cuanto me guiña. No sé como tomar éso. Al salir, me pierdo entre el pasillo, dirigiéndome hasta el bar del hotel. Ésto no podía estar pasando.

  Había caminado hasta el bar, el sitio atendía todo el día. De día se podía disfrutar de la música suave y calmada mientras que de noche esto se descontrolaba totalmente.

Elegí una mesa en solitario, llevando el liquido del vodka a mis labios, dejando que pasara por mi garganta sin más, ése liquido logra hacerme carraspear por lo fuerte que resultó. No era un día típico en el que me sintiera feliz, sino desganado. No quería hablar con nadie, ya que ver ése momento y presenciarlo fue algo inesperado, fue demasiado para poder simplemente soportarlo. Pido otro trago y en éso comienzo a sentir los efectos de a poco del alcohol en mi sistema.

  Dos,  tres, cuatro, cinco...




                                                                      ***



Mi vista estaba totalmente borrosa, el alcohol había invadido completamente mi sistema impidiendo pararme. La música sonaba alto pero en eso soy distraído por una voz.

-¡Eres un idiota! -

Dijo enfadado aunque mi cuerpo no respondía y sólo me le reí en su cara.

-¿Qué es tan gracioso? Eres un imbécil! ¡Mira en qué estado estas! Te busqué por todas partes y mirate!-

Dijo con esa voz molesta a lo que sólo me le reí nuevamente porque sólo me causaba gracia.

Me ayudó a pararme, pasó uno de mis  brazos por encima de su hombro y él pasó uno de sus brazos por mi espalda  tomándome fuerte para sostenerme a un costado de él y llevarme a paso lento.

Fuimos en silencio, éste ser no hablaba sino que minutos después cuando llegamos al cuarto, donde Tom me llevó a recostarme en la cama.

-Es la ultima vez que me encargo de ti pedazo de imbécil!-

Dijo molesto lo que me causo gracia y me seguí riendo de su actitud.

-Tranquilo hulk-

Le dije arrastrando las palabras.
Escuché un portazo y segundo después cerré los ojos.
Me abandoné en aquellos sueños que venían a mí como olas hacia una  playa.

-Hola Georg..-

Un aire helado me recorre el cuerpo al notar un suave susurro. Me estremece de cierta manera al notar de quién provenía esa hermosa voz. Un rubor invade mi rostro, ella  está detrás mío y no entiendo ni el motivo ni la razón. Cuando volteo la vista me encuentro con aquella mirada tan dulce y a la vez tan potente, tan profunda para mí. Trago duro al notar que me mira y es a mí, el silencio está invadiéndonos. No sé que es ésto, si ella  encuentra un entretenimiento para atraparme en éste  juego o quizá sólo busca que reaccione de alguna manera romántica ante ella.
Me dejo llevar por éste mágico momento, mi piel se eriza al notar su suave caricia por mi mejilla. Me mira, sigue en la misma posición, es tan perfecta y hermosa. Mi estómago se revuelve manteniendo ésa guerra pacifica de miradas que no dicen nada y a la vez sienten todo.
Despierto a causa del zamarreo que me estaba dando alguien, abro los ojos y veo a Tom. Otra vez me he abandonado en aquellos sueños dónde la fantasías y la realidad no coinciden, otra vez sigo pensando en ella y en su mirada.

-Última vez Georg. No lo vuelvas a hacer, no ire por ti la próxima ¿haz oído?-

Dijo mientras yo me sentaba en el borde de la cama.  Sentía muchas náuseas en estos momentos. Luego de asearme, Tom preparó el desayuno, me sirvió café en una taza mientras se sentaba al lado mío.

Hice memoria rápidamente.. Sólo recuerdo la mesa donde estaba sentado y justamente había un baso de vodka en frente mío.

-Georg, la última vez que te emborrachas.-

Habló Tom molesto, sacándome de mis pensamientos. No tenía opción, Tom cuando se enfadaba hablaba en serio y si lo haría otra vez, tal vez terminaría hasta violado porque nadie vendrá por mí.
Me doy cuenta lo débil que puedo llegar a ser, que me emborracho tan sólo para poder sacarla de mi cabeza.

-Tom..joder. Ya no lo haré, lo prometo.-

Aquellas fueron mis palabras mientras que sentía cómo mi cabeza dolía y mi estómago estaba revuelto. No tenía ganas de hacer nada a causa de la resaca. Suspire desganado acomodándome en un sofá, recostándome en él.

                                                                .....


Las horas pasaban casi lentamente, la pastilla que había tomado me estaba haciendo efecto rápidamente. Recordé justamente la cita, si se podría llamarle así. Una sonrisa se me forma rápidamente. Veo el horario, pero aún es muy temprano para salir y supongo que hoy será una noche de nada de beber alcohol, si así podría llamarle. Marco el número de Tom, llamándole le aviso que estaré en el bar apreciado el acústico seguramente de Miley Cyrus. Él se asombra, él no sabía nada de todo esto así que me pide esperar por él, junto los demás. Mientras tanto me ducho. Después de pasar a mi habitación, busco algo de ropa. Me  visto para exactamente llamar su atención, minutos después me arreglo mi cabello hasta tenerlo como quiero y me perfumo.
Horas más pasaron y al abrir la puerta Tom se sorprende por cómo me encuentro tan impecable ante él. Suelto una risa, él ni siquiera estaba listo para salir. Pero en eso llegan Bill y Gus con varías bolsas de shooping.
Minutos después estamos listos, yo sonrío nerviosamente caminando por el pasillo junto con los chicos hasta llegar al bar .

Llegamos unos minutos temprano a mi parecer, y veo que alguien nos llama con la mano. Nos dirigimos hasta él y nos indica que tenemos la primera fila disponible.
Nos sentamos a esperar, el salón no estaba tan repleto de gente como lo esperaba pero eran suficientes para mí.
Una luz enfocó a alguien que caminaba hacia una silla. Era ella. Me ruborizo pero gracias a la luz apagada del ambiente supongo que no se alcanzaba a notar. Lleva su micrófono cerca de sus labios.

"Esta canción va dedicada a nuestros invitados especiales."

Habla señalándonos con una de sus manos.

- "y se llama Adore you" ( Adore You (Miley Cyrus)  )

Dice con su seductora voz mirando al público seguido de eso  comienza a tocar la guitarra acústica, comenzando después su canción.

"Baby, baby, are you listening?
Wondering where you've been all my life
I just started living
Baby, are you listening?"

La miro atento, mis manos estaban totalmente húmedas a causa del nerviosismo que sentía. Su voz era hermosa en un simple decir nunca me había fijado en éso.
Sigue con la letra pero la chica voltea a verme con las ultimas palabras

" Boy, I adore you
I adore you.. "

Me mira con ésa última parte, me mira pero no es cualquier mirada, sus ojos brillan.




                                                                      ***



Después del show, caminé hasta el camerino, Los chicos se habían quedado a beber unos tragos en una mesa, además que les había avisado con anterioridad que no estaría por algunos minutos y así es como conseguí ir hasta donde estaría ella.

Mis impacientes ganas de verle me hicieron tensar completamente ademas de sentir cierto nerviosismo, ¿Qué se supone que haría allí, más que saludarle? Pues todo esto me traía pensativo ya que no podía creer que también se interesara en mí de alguna u otra forma..algo estaba mal aquí o tan sólo estoy delirando con cosas imposibles. Llegue por fin, me estaba esperando en el pasillo. Aquello me logró ruborizar, el encontrarla así como así esperándome. Caminé a su lado y mis manos sudaban de cierto modo desde ya ésto de estar a su lado era más complicado, más de lo que pensaba y sé que en algún momento sospechará sobre todo lo que me pasa a mí, que sé que se dará cuenta que no simplemente me gusta, que siento algo dentro mío cada vez que su mirada choca contra la mía.

-Pasa!-

Me dice mostrándome con su manos la puerta para que pasara primero, ella me sonríe y esa sonrisa me estremece completamente y algo de lo  que no logro evitar es el sonrojarme. Contengo un tonto suspiro, mi piel se me eriza cuando se me acerca a mirarme. No puedo evitar sentirme algo idiota frente a la situación, mis labios se entre abren a modo de sorpresa y me siento aún más nervioso con su acercamiento. Me mira, me está examinando con sus ojos claros, puedo notar que es más hermosa de lo que pensaba. Se dá la vuelta, se sienta en una silla y trato de mirar hacia otro lado. Acaso ¿qué fué éso? La sensación de temor me está invadiendo y éso no es bueno, sé que alguien interrumpirá y me sentiré estúpido.

-¿Cómo estuvo para ti?

Me pregunta y bebe el agua mineral, yo trago duro al notar ése brillo particular de su mirada, aunque de cierta forma me tenga más perdido que antes. Su voz tan cálida me pregunta, con ésa delicadeza de sus palabras, ésa voz que me logra estremecer nuevamente.

-Estuvo fantástico.-

Fue mi respuesta, ella se levantó, sin quitarme los ojos de encima, se acercó hasta tenerme en frente suyo y siento el cómo me acorrala con sus brazos.

Me congelo al instante, mi corazón palpita y mis sentidos se nublan. Su aliento cálido está chocando contra mi rostro y yo no sé que hacer, ni qué decirle, ya que todo ésto me tomo por sorpresa. La cercanía de ella se mantiene por unos segundos, estoy helado completamente frente a ésto. Sus labios están acercándose a los mios con lentitud, mis ojos se cierran al instante que ella roza con delicadeza  mis labios con los suyos. Mi piel se eriza, y un extraño cosquilleo me domina por completo al sentir cómo me está besando con una torturadora lentitud. Un leve suspiro se me sale por mis labios, ella sólo posa sus manos en mis mejillas dominándome, manteniendo la suavidad del beso sin ser brusca. ¿Quién soy? ¿A dónde estoy? No lo sé, todo ésto se dió de repente, a penas pienso con claridad. Ella se separa, me siento incapaz de hablar  ya que abrí los ojos y me encontré con los suyos, al separarse de ése dulce y lento beso. Algo me desconcierta, me hace tensarme completamente, algo me dice que reaccione porque alguien golpea la puerta.

-Te busque por todos lados, cariño! -

Dijo el tipo, mientras que yo bajaba mi cabeza, encontrando con los ojos el suelo del lugar distraídamente. Sabía lo que iba a pasar en ése preciso instante y no quería saberlo. Sabia que se besarían en frente mío, que la abrazaría y le hablaría a modo romántico.
Nos había interrumpido, pero sabía que ya era hora de marcharme. No quería soportar ése tipo de efectos delante mío.

-D-debo irme.. Lo siento-

Aviso despidiendome de ambos, ella me toma del brazo nuevamente a unos pasos de distancia.

-Georg! Geo!! Espera-

La miro y pienso, lamentablemente sé que él es más guapo que yo.. Que puede brindarle mucho más. Que todo ésto es una estupidez.

-Espero volver a verte! Gracias por venir-

Dijo mientras me miraba, yo sólo aparte la vista mirando hacia uno de los costados del lugar, no quería ilucionarme con todo ésto. No quería volver a cruzar miradas con ella, sabía que todo era fácil, todo lo sería si no la mirara a los ojos, aquellos que me abrieron un mundo del que ahora soy preso.
Solté un suspiro cansado, tal vez serían típicos celos, aunque mezclado con enojo.

-Descuida, nos vemos pronto.-

Fue mi respuesta, mientras ella me soltaba, me encaminé hasta donde suponía que estarían los chicos.

Debía ponerle fin a éste sentimiento extraño que me estaba consumiendo completamente, no deseaba pensar en ella, así que tomé una decisión con rapidez, por todas las cosas que pasaban por mi mente, sabía que ella  solamente quería jugar a un juego, uno muy malvado y no se lo permitiría.




                                                                      ***



Era otro día de los tantos que seguíamos en éste hotel, por mi parte siempre recibía mensajes o llamadas de los chicos avisándome hacia donde iban o a que hora vendrían. No sabía en qué andaban ellos desde ya me sentía estúpido por la noche anterior. Me había enojado a cierta manera. No merecía estar en medio de su relación ni siquiera merecía su cariño. Pero había una parte que no entendía: me había besado. ¿Interesada en mí? ¿Porqué juega de ése modo? Me preguntaba para sí sin saber qué pensar o que hacer al respecto.

Suspiré cansado acomodándome en el sillón, necesitaba un momento para pensar antes que hiciera algo estúpido. Coloqué mi chaqueta, me alisté para poder salir fuera del edificio, el mapa me decía que había un Starbuck cerca y ése sería mi primer plan, ya que no era normal supongo, el encontrarla en un sitio como ése.

Al llegar, ocupé una mesa redonda con una hermosa vista hacia fuera, pedí un capuchino, mi favorito mientras seguía un tanto pensativo. Una idea se me pasó por la mente justamente al notar unas piernas caminar hacia mi mesa. El tener una cita. No era cualquier cita, sino una diferente. La utilizaría, aunque, de cierto modo sería extraño el enamorarme otra vez y de otra persona diferente.

-Hola-

Le dije saludándola atento y mostrándole una sonrisa, una de las mejores que tenía mientras que no le quitaba la vista de encima. Sin dudas ella estaba para sentarse en frente, porque justamente ésa mesa estaba despejada y disponible.

-¡Hola!-

Me dijo sorprendida mientras yo ni siquiera le quitaba la mirada. Planeaba coquetearle aunque ésas cosas no se me daban de la mejor manera.

-¿Quisieras sentarte en ésta mesa? quiero decir, aquí, conmigo.-

Le hablo y ella se sorprende. Me sonríe amplio y asienta sentándose en frente mío. Tengo una vista mejor de su escote por lo que aquello en poco tiempo me había provocado una molesta erección. Carraspeo volteando la vista, mientras pensaba en otras cosas como en ésos dulces de chocolate que estaban del otro lado del mostrador, en una vidriera, a la vista.

-¿ Eres de por aquí? -

Me pregunta mientras le traen el café, ella agradece mientras que yo no hago otra cosa que mirarle los grandes pechos de ése escote pronunciado. Trago duro, me tenso, sé que ella me había preguntado algo pero..soy tan tonto, ya no recuerdo que era.

-¿ Disculpa? Que decías?-

Le pregunto mientras que veo en su rostro un notable y sexy lunar que está cerca de sus labios. Estaba sin dudas evitando verla directamente a los ojos. Me sentía incomodo en éstos momentos y muy estúpido realmente.
Noto que me repite la pregunta con ése carisma que me contagia.

-Ehh..yo..no, soy de Alemania, y soy..Bilingüe..-

Le respondo tratando de aclarar los pensamientos, aunque me era totalmente difícil concentrarme completamente.

Se relame los labios, y bebe café, no puedo evitar frustrarme al no poder pensar en otra cosa que no sean ésos senos. Joder.. Mis labios se entre abren inconscientemente llevo mis manos disimuladamente hacia abajo aplastando aquella molestia.

-¿Ah si? Eso es fantástico. ¿Cuál es tu nombre?-

Me pregunta, trato de concentrarme en quizá tomar la oportunidad de prometerle una futura cita.

-Eh..Me llamo Georg.. pero estoy de vacaciones así que..-

Aprovecho para pensar, el que le diré y sé que en cuanto termine el café se irá cuanto antes y ésa no era una buena idea.

-Ohh que grandioso! Me llamo Isabella.-

Dice acomodándose un mechón de cabello detrás de la oreja.

-Qué lindo nombre -

Fué mi respuesta mientras que luego bebía el café, ya que se me estaba enfriando un poco.

-Podríanos vernos otra vez? Tal vez.. Considera éso como una cita.

Solté aquello totalmente aliviado ya que no podía más, debía decírselo.

-Oh.. Estupendo.-

Me mostró una hermosa sonrisa mientras se paraba del asiento, lo sabía, sabía que se iría.

-Mañana, a la misma hora..¿Qué dices?-

Le pregunto mientras que la miraba a los ojos, tratando de no bajar la vista.

Ella suspira alegre acomodando su cartera, asienta.

Suspiro dándole una última sonrisa, sin nada para decir. Su cabello era color negro, hacía juego con sus ojos oscuros y perfectamente maquillados.

-A la misma hora, adiós, Georg, un placer haberte conocido.-

Me saluda y se despide caminando luego hacia la puerta de salida.

Los juegos, son juegos, gana el que triunfa, pierde el que no sabe jugarlo, y más si la jugadora se enamora del opuesto, sería una lástima. Una sonrisa se me había formado al pensar aquello.

Bebo lo que queda del café y salgo nuevamente leyendo los mensajes del teléfono, los que enviaban los chicos, sobre dónde se encontraban. Pero no deseaba salir en éstos momentos a ningún otra parte, ya que me sentía algo mal respecto a todo. ¿Qué pensaría de mí? Los planes que tenía eran sucios, pero así lo deseaba ella, así lo tendría. Sinó ¿Porqué me besó ? Éso me preguntaba mientras me encaminaba directo al hotel nuevamente, no tenía ganas de hacer nada. Necesitaba pensar bien las cosas antes de cometer locuras..y que las cosas tarde o temprano no se conviertan en un error.

Cuando entraba me dirigí hacia el bar nuevamente, tratando de mantener mis pensamientos totalmente ordenados.

Mientras pedía un vodka comencé a cantar por lo bajo la canción que sonaba en el sitio, pero soy sorprendido por alguien que me tapa los ojos con sus manos y me toma desprevenido.

-Adivina quién soy-

Pregunta con ésa voz sensualmente típica que tenía. No podía creerlo. Era ella otra vez. El enojo se me había esfumado en cuanto supe quién era, mi piel se me erizo al tenerla de frente y tan cerca.

Me tenso completamente sintiendo un fío helado recorrerme entero al notar que me besa en la mejilla a modo de saludo.

-¿Como estás?-

Me pregunta y no puedo evitar ponerme nervioso.

-Estoy..bien.. Gracias-

Fue mi respuesta mientras que una sonrisa tomaba posesión de mi.

-¿Qué hacías aquí? Que sean dos-

Dijo mirándome, pero luego desvió su vista hacia el barman.

¿Íbamos a beber? Me pregunté para sí mientras terminaba el que tenía de un lento sorbo, aunque quemaba, y no tuve mejor idea que no tomarme ninguna pausa y toser luego a causa del ardor que me había causado.

-Eh... no sé, quería venir. -

Fue mi respuesta, sin mirarle.

-Entonces te acompaño , ¿No te molesta, Georg?-

Dijo sentándose a mi lado a una distancia considerable aunque aquello me causo cierta curiosidad.

-N-no.. No me molesta.-

-¿ Cual canción fue tu favorita? Te gustó el álbum?-

Interrumpe.

-Me gustan todas, pero no tengo favoritas..-

Le digo mirándole a los ojos pero alguien me sorprende nuevamente, y apoya su mano en mi hombro.

-Hola chicos, perdonen que interrumpa-

Dice Tom soltando una risa, luego nos mira y estrecha la mano de Miley mirándome luego.

-Vine a buscarte, nosotros vamos al parque.. No acepto un no por respuesta-

Me dice al oído aunque no quería irme, debía hacerlo.

-¿Te gustaría ir con nosotros?-

Le pregunta Tom desviando la mirada hacia Miley aunque, ella rápidamente asienta aceptando la propuesta.




                                                                      ***



Viajamos por unas horas y un cartel asomaba a lo lejos.
Estaba ubicado en el Lago de Garda, en Italia, entre Peschiera y Lazise.
Se decía que éste era uno de los sitios más populares de europa,
pero se destacaban algunas de las atracciones. Blue Tornado que era una montaña rusa invertida de la empresa Vekoma.
Magic Montain, era la montaña rusa más antigua del parque, del año 1985.
También Fuga da Atlantide, una montaña rusa acuática, entre otras.

Llegamos al parque de diversiones llamado "Gardaland Park", era un lugar enorme y bastante colorido. Desde afuera se podía observar las montañas rusas, y los juegos más altos.

Ambos bajamos del vehículo, algo alegres y asombrados por la belleza del mismo, por lo que nos tomábamos varias fotos mientras recorríamos además de que a los chicos y a mí nos gustaba ése tipo de entretenimiento. Fuimos a la entrada y empezamos a mirar hacia todos lados, había gente disfrutando las atracciones del parque pero no se podían distinguir bien. Se oían gritos diversos tipo de música en cada parte.
Era un parque grandísimo y ni siquiera tenía idea de cuál juego del mismo elegir. Ofrecía de todo hasta hoteles. Circos, fiestas, entretenimiento, shows y toda clase de servicios, hasta un parque acuático.
Caminamos los cinco en éso habla Tom.

-Chicos ¿Cual elegirán?-

Me era inevitable no mirarla a ella, sus ojos me tomaron por sorpresa en ése preciso instante sentía cómo me perdía cada vez más en sus azul cielo.

-Me gustaría ir a ése tunel, que con la oscuridad del ambiente provocan asustarte con algo aterrador entre las sombras.-

Fue mi respuesta, una simple escusa para poder tomarle de la mano o quizá abrazarla a ella.
Me quedo mirándola con una tonta sonrisa mientras sentía que Tom se había percatado de mi mirada con ella.

-¿Qué dices Georg? Eso dejalo para el final.-
Responde Tom soltando una risa.

-¿Están listos para entrar ahí?-

Pregunta Bill señalando, porque la chica se encontraba algo avergonzada por el extraño momento.
El juego se llamaba "Space vertigo". Ése mismo era un pilar en lo alto, donde debían subirse a unos asientos especiales con un cinturón. El mecanismo simplemente subía y bajaba de golpe, dándonos una sensación de vértigo indescriptible. Al bajarnos pudimos observar un cartel a lo lejos.
Éste era diferente, la estructura metálica se parecía a una montaña rusa.
Ambos llegamos, se llamaba " Magic Mountain"  hicimos fila para conseguir las entradas mientras una que otra fan nos tomaban fotografías y pedían autógrafos. Nos sentamos, estos eran como carritos uno pegado al otro dónde hacían un recorrido por los rieles.
Cuando habíamos bajado, nos encaminamos hacia otro lado.

Miramos el mapa entre todos, era imposible elegir uno sólo. Todavía quedaba el "Raptor", "Magic House", " Sequoia Adventure" y uno llamado "Oblivion, The Black Hole"

-Oh miren! Éste parece divertido!-

Les dije mientras que sonreía. Desde ya el último elegido anteriormente me había parecido totalmente aburrido.

Ambos aceptamos, fuimos e hicimos fila para una de las montañas rusas. Se llamaba " Oblivion, The Black Hole ". Era inevitable no oír a la gente que permanecía gritando en las alturas del juego mencionado. Cuando era nuestro turno, no pude evitar sonreír.

-¡JODER!-

Fue mi comentario en tono alto mientras nos acomodábamos en los asientos.

-Cálmate, Georg, aún no comenzó-
Dijo Tom soltando una risa burlona.

-Bien chicos, ésto sera un locura.-
Dijo la de ojos celestes con una hermosa sonrisa.

Nos acomodamos cada uno en su lugar, cuando el juego comenzó.

Comenzó a elevarse, sentí como la velocidad cada vez aumentaba además de los gritos que seguían y era inevitable no gritar y sentir ésa adrenalina recorrerte el cuerpo.

Cuando el juego terminó, me sentía algo mareado.

-¿Estás Bien? Se te ve pálido.-
Dijo Bill.

-Sí estoy bien.. me gustó. Más cuando estábamos arriba y cuando bajó de golpe.-

Dije mientras miraba hacia el suelo.

-Y cuando gritaron también. Me perforaste el oído, Georg.-

Dijo Tom mientras reía.

-Hay que gritar para sacarlo todo.-
Dije riéndome, aunque sentía náuseas.

-Qué les parece si vamos a comer algo.-
Preguntó Miley a la vez que sentía sus pasos hacia mí.

-¿Georg, cariño ¿Estás bien?-

Me pregunta por lo bajo y en eso coloca una de sus manos sobre mi espalda. Joder..
Está acercándose más y su brazo alrededor de mis hombros me atraen hacia ella. No puedo creer esto, simplemente no puedo.
Me quedo mudo sin saber que decir disfrutando ése dulce aroma que emana de su piel.

-Es buena idea.-
Dice Tom.

-¿Georg?-
Pregunta ella y mi pulso se acelera sin ningún motivo aparente.

-Si..gracias, linda.-
Le respondo aunque noto que estamos caminando y yo al lado suyo.

Caminamos hasta entrar a un sitio, una buena hamburguesa vegetariana no me vendría mal.
Mientras Tom iba por el pedido nos acomodamos con los chicos en una de las mesas. Pero justamente a ella la tenía en frente, lo que me provocó que un frío helado me recorriera el cuerpo. Me mostró una sonrisa y en eso llegó Tom con los pedidos.
Mientras daba una mordida a mi sándwich comencé a ojear el mapa, sintiendo la curiosidad de conocer ése típico parque acuático que sin duda alguna me llamaba la atención.
Se llamaba "Sea Life, Acuarium" parecía que tenía muchos juegos aunque parecía algo aburrido.
Recorrí con la mirada el mapa encontrando más juegos de fantasía y aventura pero en eso vi uno que me llamó la atención.

-Éste parece interesante.-

Dije enseñándoles mientras que sentí su mano posarse sobre la mía.

-A ver ¿Cual es?-
Dijo ella y en mi estómago sentí ése cosquilleo intenso.

-Es.. Parece interesante -
Dije mientras me sentía totalmente nervioso.

-Si, está magnífico. Más si apenas tenemos comida en el estómago.-

Respondió Tom.

Cuando terminamos la comida, salimos, guiándonos por el mapa.

-Mira que ésto es como un paseo del terror. -
Dijo la de ojos claros.

Se llamaba " I corsari" En sí se decía que era un recorrido en medio de la oscuridad, con personas disfrazadas de “moustros” o piratas que las asustaban cuando aparecían de la nada. También que entrabas a un tunel  acuático donde veías tiburones o peces. Simulaba un recorrido en las profundidades del océano, similar a las escenas de Piratas del Caribe.
Entramos y yo con un poco de miedo, la música era aterradora pero subimos  con algunas personas más, pero al sentarme en eso fui tomado de la mano, la de ella. Un escalofríos recorrio mi cuerpo y sentí como mi pulso aumentaba cada vez que la pequeña barca se deslizaba en el agua cada vez más hacia dentro, hacia las cuevas oscuras. Sentí cómo una de sus manos me rodearon la cintura, en completa oscuridad sentí un beso sobre mi mejilla y su cercanía ...




                                                                      ***



Ése beso produjo que me tensara totalmente, su mano luego se poso sobre mi pierna, me estaba incomodando de cierta manera por sólo ser débil ante ella. No supe cómo reaccionar frente a sus actitudes, eran algo prohibido como atrayente, me estaba tentando y provocando.


Mis labios estaban inmóviles y la oscuridad se había hecho presente. Sentí un beso suave cerca de la comisura y mis sentimientos por poseer su boca se incrementaron. No me importaba lo que pasaba a mi alrededor, todo era perfecto en ésos segundos que la tenía al lado mío. Después de unos minutos de que el recorrido terminara, caminamos hacia otro de los juegos.


Era uno acuático y temía a ganarme un resfriado, pero los chicos y ella me habían convencido rápidamente. Contemplando su rostro en un momento pude comprender que algo más había, que ésos ojos me estaban ocultando algo. No tuve la descripción precisa, simplemente me dejé llevar, fuimos hacia los asientos después de haber hecho fila.


Subimos a "Colorado Boat" que era un recorrido en una barca, supuestamente salpicaba agua y tenía un entretenido recorrido.


En todo en recorrido gritamos por ésas ligeras subidas y bajadas, además de salpicar agua daba la sensación de ir en bote. Estuvo fantástico, y al bajar, no podía concentrarme en lo que Tom decía, sólo quería regresar de todas formas al hotel y tal vez encontrarme con ella en una especie de cita privada. Nos tomamos las últimas fotografías, paseamos por una de las tiendas donde compramos diversos recuerdos y decidimos regresar.


Mi piel se eriza por el sólo tener que permanecer en todo el camino cerca suyo, y me siento débil frente a ella, ni siquiera sé si puedo resistirme por mucho tiempo.


Al haber pasado minutos, siento que estamos cerca del destino pero en eso noto que me está mirando fijamente algo de lo que me produce cierta curiosidad sobre en qué está pensando cuando me mira de ésa forma.


Al llegar al edificio, ambos caminamos pero ella comienza a hablar primero.



-Disculpa, quiero mostrarle algo, enseguida te lo traigo.-


Dice de manera burlona por la última frase, Tom acepta, y ella me jala suavemente del brazo para que vaya detrás y entrar dentro de su cuarto de hotel. Mi piel se erizó con el sólo tenerle a centímetros, su boca se estaba acercando a la mía. Siento ésos labios rozar los míos, yo sólo me dejo mientras mis ojos permanecían cerrados. Mi aliento chocó contra el de ella y una de sus manos acarician mi mejilla muy ligeramente. Sus manos viajan por mi cadera, luego suben por mi espalda y nos besamos sin detenernos, cada vez nuestras lenguas se encuentran ansiosas de buscar más contacto. De repente me veo en su habitación y no es que estuviera soñando pero todo pasó tan rápido que a penas puedo reaccionar cómo nos dejamos llevar el uno al otro.


Está sobre mí, me está quitando la playera y yo la suya, mis manos acarician su cuerpo, pero sus manos están desprendiendo los botones de mi pantalón. Nos deshicimos de la ropa que estorbaba, ella se quitó el pantalón y mis manos están por su espalda acariciando cada centímetro, disfrutando cada parte de su piel. Contemplo su mirada deseosa de poseerme, ahora estoy sobre ella y se retuerce de placer al penetrar su interior. Noto que éste es un momento placentero y que las embestidas comenzaron bruscas hasta volverse suaves y consiguiendo cada vez disminuir a medida que la penetraba más en profundidad. Estrujé sus muslos notando cómo en cada movimiento apresurado estaba cerca del fin, el de culminar.


Mi mente se encuentra en otra parte en éstos momentos, estoy recostado a un lado de ella y sus labios están besándome mi abdomen, hasta bajar completamente.


Tomé con mis dedos las sabanas soltando gemidos placenteros, sintiendo cómo sus cálidos labios se posaban en mi miembro, devorándolo por completo. Mi cuerpo se estremeció totalmente y ella lo vuelve a hacer, está subiendo y bajando con torturadora lentitud, lo que logra que mis manos se aferren fuertemente a las sabanas. Gemidos salen de mis labios, gemidos placenteros hasta que la velocidad de sus labios que se torna totalmente incontrolable para mí y en ése momento me corro con total libertad en su boca.


Segundos después me abraza, sus labios chocan contra los míos de manera incontrolable y me dejo llevar otra vez entre la lentitud del beso, mientras rozamos nuestras lenguas. No me veía venir ésto, ni siquiera sabía que sucedería. Pensaba en tal vez, si nos encontrábamos una vez más, no sé que podría llegar a pasar si vuelve a suceder ésto, quizás me volveré un adicto a sus labios, a ella. Si tan sólo..



-¿En que piensas?-


Fue su susurro contra mis labios, al mismo tiempo me acaricia la mejilla, me interrumpe mis pensamientos de manera que busca la atención suficiente para que la mire otra vez.



-En nada.-


Fue mi respuesta sin siquiera detenerme a pensar. Pero mentía , no podía pensar en nada más que en ésa mirada donde todo comenzó. Donde todo tenía sentido en mi vida.






                                                                      ***



Desperté otra vez pensando en ése único sueño que tuve el día anterior, sobre besar sus labios y compartir su aliento. Di un suspiro pensando en su nombre, en ella y en todo lo que me provoca al verle, al sólo hablarle. Doy otro suspiro pensando en las cosas que hicimos, que estaban mal por el sólo hecho de no pertenecerle, estaba mal el hecho de sólo imaginarme en sus brazos. Me importaba muy poco con quién estaba, solamente deseaba ser su único dueño, por sólo ésa manera que tenía de atraerme, como un imán.

                                                                .....


Almuerzo con los chicos, pensando en la mirada de ella, pensando en todas las cosas que puedo ganar o perder si me arriesgo. En éste preciso momento me doy cuenta que no tengo cura cuando se trata de Miley. Cuando está frente a mis ojos, tiene ésa chispa atrayente que logra cegarme por completo y ésa sensación que la acompaña, la de sentirme único frente a su mirada. Logra que pierda los sentidos, me  lleva a la locura.



-Geoorg!! Georg!!-



Noto que me llama Tom, pero no sé exactamente qué es lo que quiere en éste momento, que no me deja soñar despierto en paz.



                                                                .....


                                                            (Flash Back)

Sentí su jalón suave del brazo, estamos entrando a su apartamento y me siento totalmente en shock frente a ésto.


Su respiración chocó contra la mía me dejé llevar completamente por sus labios suaves. Noté sus manos, me acorralaron y su rostro se aproximó al mío. En ése momento cerré los ojos sentí su leve roce contra los suyos. Me perdí en ellos, me perdí entre sus caricias ligeras sobre mi mejilla.


Nos besamos de manera intensa, sentí el calor de nuestro aliento chocar por más de una ocasión contra mi rostro y su dedos acariciaron con suaves caricias, aquello me hizo fantasear, con cada toque sentía cómo nos estábamos dejando llevar y no deseaba que ésto se detuviera. Sus delicados labios rozaron los míos y se movieron con ésa suavidad y lentitud que me hacían estremecer. Mi corazón latía con fuerza cuando su lengua chocaba contra la mía en un suave tacto. Estoy perdido entre sus besos ahora mismo y mi piel se me erizó cuando una de sus manos acariciaron mi abdomen, sus manos subieron y la respiración se me aceleró un poco más por cómo nos estábamos besando, con esa pasión. La falta de aire nos obligó a separarnos muy lentamente, sus labios recorrieron mi cuello a besos, sus caricias estaban llevándome a la locura y moría con cada toque suyo. Sus manos se deslizaron hacia mi espalda y la recorrieron con calma, los besos en el cuello me provocaron dejarme llevar por el instinto y llevar mis manos a sus senos, acariciarlos por debajo de su playera. No se que me está pasando, de repente soy preso de sus labios nuevamente y no puedo dejar de besarlos.
Nuestras prendas están en el suelo sin siquiera haberlo notado, también noto que estamos en ropa interior. Nuestras manos acariciaron cada rincón del otro, con suavidad y a la vez sus labios me besaron de manera experta.
La acomodé sobre el borde de la cama, le di la vuelta y mis manos acariciaron y recorrieron sus tersos muslos.
Ella pidió que lo hiciera, fue ahí dónde en ése instante la penetré. Mis gemidos y los de ella aumentaron, llevé mis labios hacia su cuello dándole succiones y besos por su longitud cada vez que mis caderas se movieron más y más llevándonos al borde del abismo.



Tomó posesión de mis labios, me encantaba como me está besando, luego noto que me lleva con ella sobre la cama para que comience a embestirle con más fuerza. Cuando ella me atrajo más, besó mi cuello, noté que me tomó de la cadera y nos movimos con la misma pasión. Mis gemidos y los de ella no paraban, me tomó del rostro y me besó con brutalidad. Sus labios captaron los míos para besarlos, su lengua se envolvió en la mía, la rozó y jugó con ella mientras que me sentía inútil en éstos momentos. Estamos al punto y no puedo más, culminé con un beso profundo y la llené por completo.
Estamos exhaustos y sus caricias suaves no paran. De repente soy atrapado en su mirada cuando nuestros ojos se encuentran. Su mirada tan limpia, tan pura..que me llena de sensaciones, que me colma de amor o como se le llame. Me gusta, me encanta y me siento perdido en sus ojos que son como dos diamantes los cuales adoro. Mi piel se volvió a erizar, la caricia de ella era muy suave. Me tranquilizo cuando me acaricia, su abrazo cálido está invadiendo mis sentidos. No deseo dormirme pero me encantaría hacerlo y más a su lado, al calor de su piel.

-¿En qué piensas?


                                                                .....



                                                            (Fin de flashback.)


                                                                .....


Me sentía perdido en los pensamientos más profundos que tenía sobre ella y su manera de quererme, de tentarme o quizá provocarme. Me está volviendo loco y todavía llevo su perfume impregnado en mi piel.



-Georg!!!-

-¡Se te va a enfriar, Georg!-



Me dice Tom mientras que lo miro y una tonta sonrisa se me dibuja al instante.
No sé que podre hacer si ella desapareciera de mi vida, si llegara a decepcionarme le daría su merecido, porque ésa pareja suya solamente provoca que me sienta como un intruso, uno que llegó a su vida para quedarse, siento como que ésto va más allá de un simple capricho, más allá de querer y apreciarle.

-Geo!!! Geo!!-

-Geooorg!, despierta!!.-

Escuché a Tom hablar mientras sacudía mi brazo. Doy un suspiro tomando los cubiertos.

-Ya ya ... Joder.-

Le repliqué y comencé a comer, pero mis pensamientos son tan indecisos que su rostro atrayente lo tengo grabado en mi mente, cuando le pienso.

Su mirada me seduce cada vez que me mira y no se si comparte el mismo sentimiento, todavía no sé si sigue jugando conmigo o es que soy un idiota que solamente vive por ella y por cada suspiro que suelto, que tienen su nombre.


Almorzamos muy tranquilamente y no podía evitar quitarme de la cabeza el episodio anterior, sobre lo que tuvimos ella y yo, sobre lo que compartimos el uno al otro. Y no me interesa su pareja por mas veces que lo piense, él no es nadie cada vez que estoy a su lado, cada vez que su respiración choca contra la mía.




                                                                      ***



Habían pasado pocos días desde que habíamos salido a ése famoso parque de diversiones y cuando me tomó por sorpresa aquélla vez en su habitación, pero el destino es tan imprevisto que las sorpresas no tardaron el llegar.
Hace pocos días había notado que ella salía con los chicos de su banda, no había ni rastros de ellos pero sólo notaba su presencia por la noche, cuando se oían sus instrumentos musicales, los cuales sonaban al compás de ésa hermosa y magnífica voz. Simplemente pasaba ésos increíbles momentos por los pasillos, con la excusa de fumar fuera de la habitación, la verdadera razón era sobre todo por las ganas de oírle cantar, lo cual eran canciones melódicas, con ésa energía y entusiasmo típico de Miley. Le ponía todo su esfuerzo, me derretía su simpleza y facilidad para envolverme, para atraparme.
Las horas habían pasado y estaba fumando un cigarrillo, ya que el día se había tornado totalmente aburrido para mí y no deseaba salir a ninguna parte. Solamente pedía volverla a ver, deseaba tanto perderme en el aroma exquisito de su piel, perderme también con sus besos, los cuales me hacen volar alto, entre ése mundo que sólo los enamorados conocen. Mi teléfono comenzó a sonar, no me había dado cuenta de ése simple hecho, así que acepté la llamada sin mirar. Ésta vez contesté esperando buenas noticias sobre la disquera quizá eran los chicos, o alguna noticia de mis familiares tal vez amigos, pero después de oír algunas palabras más de la mujer del otro lado del teléfono, rápidamente noté que era la chica de escote sexy y provocativo. No recordaba absolutamente el día en que la había conocido, pero ya teníamos arreglado vernos en el mismo hotel, así darle celos a ella y divertirme como Miley lo hacía conmigo.
Minutos pasaron y me preparaba con poco ánimo, sentía nervios y ésta vez debía ir a la supuesta cita con ésa persona que conocí en un café.
No recuerdo su nombre por más que lo piense incontables veces para recordarla, mi cabeza vacía sólo se acuerda de ése tan atractivo escote. Ésta vez nos veríamos a media tarde en el bar del mismo edificio, ya que era el lugar preferido de ella, que le encantaba visitar.
Estamos en una mesa y su voz me desconcentra, siento que ésto no va a funcionar, que no quiero ni deseo besar otros labios que no sean los de Miley.
No eran los ojos que prefería ver cuando la miraba, no tenían es chispa, ni ése encanto que su sola presencia lo imponía. Me sentía incomodo en éste momento pero era la única solución de no parecer un juguete el cual lo usan y luego lo dejan botado.
Comenzamos a hablar y a beber, después nos encaminamos a la pista y bailamos con la música lenta. Mis ojos estaban cerrados cuando de repente escuché una voz saludando a lo lejos. Era Miley, si no me equivocaba. Era ella y ése saludo lo conocía, conocía en verdad su voz, su carisma tan alegre, tan único.

-Hey..Geoorg!-

Mis pensamientos son interrumpidos, oigo su voz pero en ése preciso momento tenía los ojos cerrados y el alcohol en mi sistema me hizo cometer una estupidez nuevamente. Tomé el rostro de mi cita entre mis manos y mis labios fueron directo a los suyos besándole con una suavidad indescriptible, imaginando los labios suyos, tan suaves y cálidos al tacto. No había ido mas allá y solamente había sido un suave roce. Todo era hermoso y placentero por el sólo hecho de saber que ella estaba en frente mío, y yo disfrutaba la venganza, adoraba éste momento. Luego de abrir los ojos me encontré con su mirada impactante. Se encontraba paralizada, viéndonos a los dos, con ése clásico rostro de que no comprendía absolutamente nada. Me reía por dentro pero en ése preciso momento en que cruzamos miradas, sentí un incómodo nudo en mi garganta. Disfruté mi venganza con todo mi ser, pero algo me decía que no era bueno. Sé bien que los juegos son juegos, que ella jugaba sucio y ahora tiene su merecido, pero algo me decía que estaban mal mis estúpidas acciones.
En ése mismo instante que nos miramos Miley y yo, sentí ésa pizca de desilucion en sus ojos color cielo, lo pude notar por su simple rostro que no expresaba ni alegría ni enojo, me sentí insatisfecho por el hecho de que ésa sonrisa no me iluminaba como lo hacía cada vez que nos reencontrábamos. Me doy cuenta de a poco que cometí una locura, y sólo por los tontos celos. En éste mismo instante se da la vuelta para retirarse dándome la espalda.
Mi pecho se encoge, el nudo en la garganta se incrementa y me siento como idiota, temo que no me vuelva a hablar por una simple tontería. Veo que se marcha del lugar automáticamente sin siquiera decir adiós a nadie.. Sin decirme nada, sin voltear hacia atrás.

Me afecta el hecho de saber que por mis estupideces le hubiese causado algún daño irreparable.
El sentimiento de angustia me domina, sé que soy un estúpido que no pensó en las consecuencias, que se dejó llevar por la realidad. Pero en ése momento me contradigo, pienso que no es justo, que su pareja debe estar disfrutandole, probando ésos dulces labios que son sólo mios o que lo fueron en un instante...

-¿Qué pasa Geo, cariño? -

Me pregunta mi cita, interrumpiendo los pensamientos que tenía, ya no recuerdo el nombre de ella.. Todo es un error pero por mas que lo sea lo sigo continuando y es que lo idiota lo tengo tatuado en la frente.

-Nada.. nada.-

Le repito mientras me sentía totalmente confundido con todo ésto, también incapaz de hacer las cosas bien. Siento cómo el destino es impredecible y cada cosa que hago que está mal..que no puede estar pasando. Tal vez no me hablará más y siento la enorme necesidad de llamarle.

-Tomé mucho líquido, necesito ir.. -

Suelto señalando el baño del sitio y aprovecho la oportunidad para llamarla.

A ella no le importa, y mis pasos se dirigen al sitio indicado, y luego a un cubículo y busco los contactos así dar con su número en mi teléfono.

-Diga-
Dice del otro lado con una voz totalmente fría, seca y con pocas ganas de responder. ¿Acaso la enfadé?

-Lo..l-lo siento.-

Aquellas fueron mis palabras. Al decir aquello notaba que no había nadie del otro lado, parecía que me había cortado la llamada en un abrir y cerrar de ojos.

Llamo por segunda vez y me atiende la operadora explicando que le deje un mensaje de voz, pero no era lo que yo necesitaba, ya que sólo deseaba oír su voz y calmarme de una buena vez. Era necesario para mí el explicarle lo idiota que me sentía por haberle fallado de ésa manera. Me senté en el suelo, las lágrimas no tardaron en llegar sentía que la había perdido para siempre.
Ahora suponía que me odiaba, suponía que todo ésos buenos momentos a su lado no volverían nunca más.




                                                                      ***




Qué error tan grande había cometido desde ése momento en que había besado a mi cita, nunca pude haber estado tan arrepentido en mi vida. No podía imaginar la vida sin ella, sin que su sonrisa me iluminara cada día, no podía imaginarme que aquéllos ojos ilusionados no me miraran, que a la vez pierdan su chispa ante mi mirada. Porque cada vez que mi mirada chocaba con la suya, ella ya no era la misma, ella había perdido la fe en mí, y yo había perdido todo su cariño o lo que sea que fuere que estaba creciendo entre nosotros, por simple celos que tenía.
Mi corazón se me detuvo en seco cuando me encontré cara a a cara con ella en el ascensor del edificio . Mi respiración se contuvo por sólo su presencia y no dudé un segundo en mirarla mientras ella no se daba cuenta. Su seriedad junto con ésa actitud seca y fria se apoderaron de ella cuando tuvo que saludar a alguien más que entró en el ascensor. Tenía unas gafas negras que ocultaban ésas hermosas perlas azules perfectas ante mi mirada. Deseaba poder mirarle, decirle lo mucho que lo sentía. No, Georg, ¿acaso te crees idiota? Ella no te perdonaría. Negué al mismo tiempo que un frío helado recorría mi cuerpo, ella había volteado a verme y estaba dispuesta a irse del ascensor cuando se detuvo. Mi mala suerte era que en ése preciso momento, mi puerta daba en frente de la suya y debía caminar en su dirección por más que me incomodara.
Sin saludos de por medio, caminé detrás de ella y desganado la ignore metiéndome dentro de mi cuarto.
No era la primera vez que coincidiamos tanto, pero era la primera vez en sentía que me odiaba y me quería al mismo tiempo pero en silencio y aquello lo entendía a la perfección, sin decirnos nada. Porque del amor al odio hay una fina línea y no simplemente deseo que me olvide. Me quedé en el sofá tomando asiento, recostándome luego, sentía que los días que pasaron fueron duros para mí, no era consciente de su frialdad ni de que me estaba ignorando hasta que me di cuenta lo mucho que le había caído mal mi estupidez. El dolor en mi pecho era débil, pero todavía seguía ilusionado, seguía enamorado si se podría decirle así o simplemente estaba alucinando. No era la primera vez que me sentía cómo un estúpido invisible ante sus ojos, odiaba mis vacaciones y tenía ganas de hacer las maletas e irme a Los Ángeles nuevamente.
Ella me ignoraba, y acaso cómo puedo ser tan estúpido de seguir queriéndola, apreciándola con tan sólo su presencia, me derrito. No podía evitar recordar el día en que la vi por primera vez, ése cariño que se convirtió en algo más fuerte desde que me dejó entrar a su vida, ahora me quedan sólo los recuerdos.

                                                                .....

De repente soy sorprendido por ella. La respiración se me dificulta más de lo normal, mi piel se eriza por la sensación del aire helado del ambiente. La veo acercarse cada vez más, se arrodilla para rodearme con sus brazos darme su cálido calor. En ése momento suspire, mi corazón latía con velocidad ante su acercamiento. Me preguntaba que estaba pasando. "Tranquilo, siempre estaré a tu lado" Dijo en un susurro cercano a mí oído, sentí su cálido aliento rozar mi piel. Cuando se alejó para verme, su rostro se acercó al mío al instante, el pequeño roce me hizo abrir los ojos así apreciarle su perfecta pureza y belleza. Volvió a besarme, me miro a los ojos, aquéllos que me inspiraban calma en ése preciso momento. De repente escuché mi nombre llamándome, alguien estaba insistiendo cada vez más con ésa voz molesta. Tom.

-Georg ya, despierta-
Dijo acercándose. Todo se esfumó de mi vista.

-¡ Georg !-

Sentí un zamarreo y abrí los ojos de golpe. Ella no estaba allí sino Tom que me estaba despertando del hermoso sueño. Había sido producto de mi imaginación o eso creía.

-Vamos, encontré un buen lugar para ir.-

Me dijo emocionado.

-Me duele la cabeza pero, si acepto-

Me levanté del sofá, después de haberme alistado salimos y nos recogió un taxi que marchó hacia el sitio.
Entramos al sitio dónde Tom se había dirigido hacia el pequeño bar donde servían algunas copas, comencé a beber mientras jugábamos con los demás al pool. Era divertido tener que ganarle en un simple juego, y no era tramposo. De repente luego de minutos, comenzaron a aparecer más personas sin dudas la noche estaba cayendo y la suave música del ambiente se convirtió en ruidosa pero divertida.

                                                                .....

Estaba caminando hacia no se donde, no me había emborrachado lo suficiente y difícilmente me equivocaba. Se escuchaba una canción hermosa a lo lejos pero después se escucharon los aplausos. Como nosotros eramos libres de entrar a cualquiera parte comencé a caminar hacia el club. Me sorprendí demasiado cuando la encontré cantando a ella una canción cover dónde se la veía con las gafas negras..( Summertime Sadness (Miley Cyrus) )

Su voz hermosa me dominó por completo, y me quedé a verla. En ese momento sentí como era invadido por diversos sentimientos ante su presencia allí arriba en el escenario. Me quedé a lo lejos, dudaba que me viera allí, a esa distancia.
Su débil voz me decía mucho sobre ella.. que no la estaba pasando bien, no era su mejor momento.
Noté que cada vez más me hipnotizaba su voz perfecta y a la vez se notaba que estaba apagada, no estaba llena de luz ni mucho menos parecía estar de ánimos para cantar.
Me perdí en ella, admirando su belleza.
Tenia inmensas ganas de ir abrazarla, pedirle que me perdone. Pedirle formar parte de su vida otra vez, volverme un maldito adicto a ella.



                                                                      ***



El día de ayer, me había quedado hasta no sé que horario de la noche, la manera que tenía para cantar era sorprendente y única. Era increíble cómo un par de palabras que salían en formas de melodías armoniosas de sus labios me tenían totalmente atrapado. Cuando había terminado el show me dirigí hacia la salida del hotel, deseaba tomar aire fresco, salir de ése ambiente dónde ella era mi mayor debilidad. Había ido hacia las afueras, quién lo diría, ahí venía su novio. El rubio venía caminando muy distraídamente, yo simplemente me acerque a él con las peores intenciones del mundo. Ya no soportaba ésta mentira.

-Hola, disculpa -

Lo frené en seco. Le había hablado muy descaradamente con algo de amabilidad. Él me miro sorprendido y sin dudas accedió a hablarme con ése típico aire de ganador. Me dió una mirada de arriba hacia abajo.

-¿Y tú...? ¿Qué es lo que quieres? -

Me habló con interés, pero parecía molesto por la interrupción.

-Ya habla, llevo prisa, tengo que ver a mi novia.-

Me dijo al notar mi silencio. Funcí el ceño confundido con ésa tonalidad lo que me llevó a provocarlo aún más.

-¿Tú novia?-

Eche una risa por lo bajo, negando.

-¿Qué necesitas?-

Me preguntó. Tomé aire. Parecía que ella le había contado sobre mí, parecía que él me conocía a la perfección aunque sólo es un estúpido.

-No necesito nada. Solamente que tengas cuidado.-

Sonreí con picardía, y a la vez con malicia.

-¿Cuidado sobre qué o quién?-

Preguntó él.

-De tu noviecita.-

Le dije sonriendo, y de forma entre amable y repulsiva.

-¿Que tenga cuidado? ¿Y tú qué te crees? Mi novia no sería capaz de nada, ni de mentirme. Ahora sal de mi camino, no quiero perder el tiempo.-

Me dijo poniendo los ojos en blanco. Luego me miró algo molesto.

Le sonrei ampliamente, porque era éste el momento en el que debía actuar, si no era ahora ¿Cuando más?

-Te miente en la cara, ella es.. está jugando contigo. Eres su juego favorito, le encanta llevar hombres diferentes a su habitación.-

Le dije amable, con una sonrisa amplia.
Él abrió la boca sorprendido, no se lo esperaba.

-¿ Disculpa? No eres quién para entrometerte en lo que no te importa. Ella me quiere a mí, soy su único hombre. Y ya me tengo que ir, confío en ella y no en ti. Adiós. -

Me dijo medio molesto, negando, saliendo de mi vista. No le dió importancia a nada o eso parecía. Mi plan no había funcionado.

...

Ésa noche había sido la peor de las noches. Nada había tenido efecto, ni siquiera parecía molestarle.
Así que comencé a pensar sobre ideas o planes. Me hubiera gustado saber con precisión que le pasaba a ella, ya que sin dudas estaba ignorándome la mayor parte del tiempo .
Estuve con ése pensamiento dándome vueltas por la cabeza. Necesitaba saber de ella..sea como sea, pero las casualidades no son como uno espera que sean.

Justamente cuando me dirigía hacia los pasillos directo hacía la puerta de mi habitación, alguien me tomó del hombro, sentí un golpe fuerte contra mi espalda.
Alguien me empujó contra la pared. Al verla directamente, noto que era ella. Sus ojos estaban colmados de odio.

En ése momento mi pulso se acelero al máximo, no sabia lo que me esperaba desde ya, fue algo sorpresivo.

-No vuelvas a molestar a mi novio. ¿Haz entendido?-

Me dijo entre dientes, apuntándome con el dedo índice, tomandome con la otra mano fuertemente del cuello de la chaqueta. Aún me tenia acorralado contra la pared y yo no sabía que estaba sucediendole. Me sentía asustado, no sé de qué era capaz.

Pero al fin, había vuelto a verla y no deseaba que se enojara tanto por una simple tontería. Defendía a su estúpido novio y éso era suficiente para saber claramente quién estaba primero para ella.

Entonces ¿Qué fueron ésas miradas cómplices? ¿Que eran ésos besos? y.. ese día que parecía que habíamos compartido algo más que sólo sexo ¿Acaso, qué pretendía? ¿Qué estaba pasando?

...

Todo ésto me afectó, simplemente ya no tenía ganas de salir a ninguna parte, deseaba irme a Los Angeles, deseaba hacer las maletas cuanto antes, ya no soportaba toda ésta mentira.
Simplemente sabía cuando rendirme, no tenía ganas de gastar ni perder mi tiempo en éstas estupideces.
Porque todo se había vuelto monótono, no estaba divirtiéndome, no estaba pasándola bien.

...

Llevaba horas dentro del hotel, los chicos habían salido, simplemente debía tomar las decisiones correctas, pero en éso escucho mi teléfono sonar. Lo ignoro.
No quería meterme entre la vida de ella y su novio. Ella no me quería a mí, ella había jugado conmigo y aquello era más que suficiente para irme.
Otra vez comenzó a sonar el celular, lo ignore, no deseaba hablar con nadie, deseaba estar solo, pensar en las consecuencias, en como se lo tomarían los chicos si dijera que no quiero seguir aquí, que deseo irme. Porque simplemente no soportaba ni un minuto la ausencia de ella, no soportaba el como me ignoraba cada vez que nos veíamos por casualidad. Si ésos ojos alguna vez me miraron con ilusión, y me pregunto que fué lo que le causó ése odio repentino.

El teléfono suena nuevamente. Lo atiendo con mala gana.. pero era una Tal Isabelle. ¿Quien era?.

-¿Si?¿Quién eres?-

-Soy Isabelle. Nos conocimos en una cita. Quería saber si podríamos salir esta tarde.-

Isabelle, mi cita. Suspire desganado tirandome al sofá.

-¿Geo?¿Estas ahi?-

-Si, si.. disculpame estoy un tanto.. ocupado-

Le dije dudosamente.

-Si.. si quieres, podríamos vernos mañana.-

-No sé si me encontrarías mañana-

-¿Porqué?-

-Porque solamente estoy de paso por Italia, no vivo aquí , cariño.-

se escuchó un silencio profundo del otro lado.

-Que te vaya bien, Geo.,fue un gusto haberte conocido.-

-Igualmente, cariño, son cosas de trabajo, no estoy aquí por diversión, simplemente fueron unas simples y cortas vacaciones. Pero podríamos vernos algún día.-

Simplemente estaba decidido, no había vuelta atrás, pero había un inconveniente, era saber si todos estaban de acuerdo con irse tan pronto.

-Fantástico, Geor. Te iré a ver pronto también.-

Me dijo con confianza.

-Lo siento mucho, el trabajo es lo que va primero.. me hubiera encantado quedarme unos meses más, porque el lugar es hermoso.-

-Ok, Georgy, Te dejo, debo colgar, tengo trabajo también-

Dijo. Era un alivio desde ya. No deseaba hablar con nadie.

...

Una vez que había llegado Tom, yo me encontraba durmiendo, solamente escuche unas risas femeninas del otro lado. ¿Que estaba pasando?

-¿Tom?¿Bill?-

Pregunté y enseguida oí un " shh."

-¿Georg?-

Escuché desde la entrada la voz de Tom.

-Tom, joder.. a quien haz traído?-

-N-no, Georg, a nadie.-

" Vé traquila hermosa."

En eso oí susurros y la puerta cerrarse.

-¿Joder Tom? ¿Que esta pasando?-

Me levante del sofá y fruncí el ceño.

-Nada Georg. Creí que no estabas..-

-¿Asi que traes mujerzuelas cuando no hay nadie? Joder.. eres un imbécil.-

Me levante y fui directo hacia Tom.

-No me gusta que traigas a cualquiera, joder, para eso hay hoteles específicos-

Me quejé.

-Hey, ya calmate.-

- No y eres un imbecil.-

-Ya, Georg.-

-Joder, no me calmo nada.-

Me fui de su vista dándole la espalda.

"Me quiero ir a Los Ángeles, odio estar aquí, maldita sea."

Dije por lo bajo.

Él camino hacia mí y me tomo del brazo, algo molesto.

-¿Irte? Georg, ¿Que te sucede?-

Suspire cansado. No deseaba que lo supiera, pero debía saberlo.

-Estoy harto de Italia. quiero irme de aquí, joder.-

-¿Estás loco? No podemos, ¿Ahora decides tu por todos? y que si yo no quiero irme?-

Me dice Tom, cabreado. Pongo los ojos en blanco al oírle.

-Ojala te arrepientas. Todavía falta mucho que vivir aquí.-

-¿Mucho que vivir? ¿Te parece que follando a todas las mujerzuelas de italia es vida? Tom deja de ser un idiota, el sexo no es una manera de vivir.-

-Lo dices tú porque eres un imbécil aburrido , bueno para nada, Georg.-

-Tom, mejor déjame en paz!-

Le digo totalmente cabreado y me salgo del hotel, encaminándome por los pasillos para salir de la presencia de mi amigo, no quería discutir, no quería pelear. Pero no estaba de humor con todo ésto.
Todo era monótono, yo no tenia la culpa de aburrirme en éste lugar.
Tal vez debería verme con mi cita, pero no logro el interés necesario. En eso me dirijo hacia un pasillo. Pero me quejé al chocar con Alguien.
Me choqué con ella cuando venía con su noviecito de la mano.

-Disculpa.-

Les dije pero al verla me paralice y fingí no verla.

-Fijate por donde vás, niñato imbécil.-

Dice ella. Algo molesta, a lo que abrí mi boca por la sorpresa.

-¿Como?-

La enfrenté sin más. Mirándole a los ojos.

-Dejalo cariño, vamos.-

Decía él halándolo la mano.
Nos dimos una mirada silenciosa. Y luego volteó su rostro hacia otro lado.
Justamente yo estaba por entrar al restaurante del hotel para comer algo, aquello simplemente me había quitado el apetito. Aquellas palabras eran cortantes.
Definitivamente quería irme.
Ése era mi fin. Unas lágrimas cayeron justo cuando me volvía hacia mi habitación, pero me quedé en frente de su puerta tocando débilmente.
Un nudo en la garganta se me había formado al verla nuevamente. Al golpear la misma, ella asomó su rostro con curiosidad.

-¿Que se te ofrece?-

Dijo molesta.

-Yo.. lo siento por..-

No me dió tiempo a terminar la frase.

-Ya vete. largate de aquí-

Dijo otra vez cortante. No me lo esperaba.

...

Le había prometido a Tom no emborracharme.. le había prometido a Tom no cometer estupideces. ¿Pero a él qué le importa lo que yo hacía?. Me encaminé hacia fuera del edificio, ésta vez no quería verla a ella ni cruzar miradas. Ya era suficiente, no deseaba volver a verla otra vez ni siquiera en el bar del hotel, no quisiera cometer errores, donde puedo ser débil y acercarme a Miley por culpa de la bebida.

Caía la noche. Tomé un taxi que me dirigió hacia el sitio que había indicado, un club nocturno, uno de los mejores del lugar.





                                                                      ***




Entré al Club, estaba decidido a cometer locuras pero no las suficientes o éso pensaba.

No era la mejor manera de acabar, sin dudas, pero ésa lo era para mí. Entré al club, ya la gente estaba preparada, saltando, bailando, bebiendo y disfrutando la noche, sin contar que había música muy alta y no podía escuchar lo que hablaban entre ellos cuando caminaba cerca de algunas personas, así dirigirme hacia la barra.

Caminé hasta la barra, pedí lo más fuerte que tenían y allí comenzó todo. Entre las bebidas que había tomado me concentré en todo aquello que pensaba. En ella. En ella y su manera de provocarme, de hacerme perder la cabeza, y la culpaba. La culpaba por todo. Y desgraciadamente recordaba todo lo malo, como aquellas palabras que me dijo cuando me acorraló con odio contra la pared, amenazándome de la peor manera.

"Que deje en paz a su novio".. -Solté una risa burlona- Aquello era la última piedra para que se derrumbara todo dentro de mí.

Bebí, como condenado una copa tras otra, ésta vez no entiendo que era lo que me habían servido, ardía en gran manera dentro, en mi garganta. A penas podía diferenciar el conenido de las botellas que el barman mezclaba.

Mi peor pesadilla estaba viniendo. Mujeres. Cada una de ellas que se acercaban a mí, comenzaron a coquetear de una manera que me causó repulsión. Una se relamió los labios mirándome coquetamente, después otra me pidió cerca del oído provocativamente para salir a bailar, Luego de otros minutos otra se acercó para jalarme del brazo y hablarme eróticamente y pervertidamente a centímetros de mis labios. No hice nada, me negué, y solamente me dejé llevar por más copas en la barra y comencé a perder el control en ése mismo instante.

Sentí un jalón de una mujer, que me llevaba a una zona más tranquila, me obligó a seguirla, pero en éso soy atrapado por sus labios y sus caricias por todo mi cuerpo. La alejé de mí y golpeé con mi puño cerrado a alguien que se me estaba acercando en el camino donde yo iba de regreso hacia no sé donde. Recibí un empujón que me tiro al piso, por un momento me había tambaleado por el alcohol en mi sistema y luego caí golpeando mi trasero contra el piso. ¿Qué se creía? Hice el intento de levantarme pero con dificultad e ir a por todo, a partirle la mandíbula y recibí otro empujón de un costado. Agarré una botella que estaba en el suelo, media vacía y me levanté. Lo enfrenté golpeando su cabeza con la botella, haciéndola pedazos. El tipo se desmayó en el suelo sin más.

Me subí al escenario rápidamente pero me jalaron para que bajase. Me tomaron entre todos, yo simplemente me desquité repartí golpes con mi puño hacia todas las direcciones y comencé a alejarme de todos cuando quisieron pelea conmigo. Entre los empujones caí al suelo nuevamente por un gran empujón. Había recibido golpes en las costillas lo que me obligó a respirar con dificultad. No sé en que momento me dirigí hacia el baño algo mareado, tenía una botella de vodka, abrazándola como si la vida dependiera de la misma. Comenzaron a salir lágrimas sin motivo al recordarle. Comencé a llorar bebiendo la botella de vodka, sentado en un rincón del baño en el que estaba. La puerta sonó con fuerza, escuche un puño cerrado golpearla o quizás era una fuerte patada que la abrió. Me tomaron de las muñecas aunque me quería zafar a toda costa limpié mi rostro y ahí estaba a quien había golpeado anteriormente. Comencé a correr una vez que me habían soltado, caminé hasta cerca del escenario, empujando a todo aquel que me estorbara. corri con dificultad, de echo estaba algo mareado o era el alcohol que había consumido. Me tomaron unas manos y sentí un golpe en mi mandíbula.Me soltaron y cai al suelo de golpe, sentí como me pateaban el estómago. Me encogí del dolor pero todo comenzó cuando me paré, lo enfrenté ,lo tomé de la playera golpeando su espalda contra la pared, y mis puños iban directo hacia su estómago y a su rostro además de algunas patadas donde lo dejé agonizando en el suelo con la nariz rota llena de sangre. ¿Quieres más hijo de perra? Le grité alto por la música alta que sonaba no se podía escuchar lo suficiente.

¿Ustedes quieren más? Me volteé a amenazarlos a los demás pero en éso me subí a una mesa.

¿Quién más? dije alto rompiendo una botella al suelo con fuerza desde arriba.

De repente soy jalado del brazo por dos tipos uniformados. Moví mi cuerpo hacia los costados intentando zafarme del agarre pero era imposible.

-¿Qué les pasa a ustedes idiotas?-

Comencé a amenazarlos.

-Cuando me suelte les romperé la nariz, a los dos, Déjenme, sueltenme, ¡malditos!-

Me quejé maldiciendo.

Me subieron a un auto o así lo entendía, me habían atado las manos del lado de atrás y no podía zafarme. Me dormí en todo el camino, sólo escuché un ruido que me despertó.

¿Qué es esto? dónde estaba?Me pregunté para sí. Veo a Tom caminar hacia mí.

-Pagué por tus idioteces-

Dijo y comenzó a llevarme jalandome del brazo. Aún todo me daba vueltas pero a penas podía caminar y mantenerme parado.

-Detenido por disturbios. No es así, ¿Georg? Es la última vez. La siguiente no pagaré por tí. Me llamaron y vine a buscarte, idiota.-

Dijo con seriedad. Comencé a hablar incoherencias, aún mareado parecía que era de noche y se me dificultaba caminar.

-Vamos, entra ahí-

Me empujó en los asientos de un taxi o así parecía porque extendió la mano con dinero.

-Todo hubiese sido más fácil si ése infeliz no hubiese puesto entre medio-

-El infeliz , el idiota, el  maldito y estúpido de su novio.-

Murmuré bajo con dificultad pero Tom me miraba, no entendía que era lo que estaba diciendo.

Comencé a maldecir, sin dudas Tom seguía sin entender, porque no decía nada para callarme, así que me soportó en todo el camino. Cuando llegamos, comencé a llorar como condenado, las lágrimas caían lentamente como sí estuviera totalmente triste de repente. Estábamos llegando a la puerta 483, y me detuve a verla , Tom me sostenía de los hombros para que no tropiece, y entramos hacia la nuestra. Me dejó sentar en la cama se fué pero en ése instante lo ví nuevamente con una botella de agua y comencé a hablar, quejándome otra vez de lo que más me molestaba de estar aquí en Italia.





                                                                      ***


                                                                   



Nos habíamos ido de paseo con los chicos, fuimos visitar diferentes tiendas de todo tipo, pero igualmente llegué totalmente cansado, con muchas bolsas de ropa de diferente clase hasta accesorios de Bill y ropa, de todo un poco. Lo primero que hice, me recosté en el sofá para poder quitarme los zapatos y descansar un poco de la larga caminata que hicimos por las tiendas, aunque sentarse unos minutos en el taxi que nos trajo, no valió la pena. En ése momento escucho la puerta, alguien está golpeando con los nudillos pero con suavidad. Yo no sabía quién podía ser o quizás era servicio de habitación porque Tom o algunos de los chicos, se habían ido a almorzar algo y dudaba que tocaran la puerta de esa manera no sin antes avisar por teléfono.


Era tan extraño y me preguntaba quién sería. Sin dudas no había personal en éste horario del mediodía que rondaban cerca de las doce y media.


Me quejé por tener que levantarme hasta allí, no deseaba caminar más, así que fui por las pantuflas para estar más cómodo y después me encaminé hacia la otra dirección, dispuesto a abrir la puerta.


Me paralicé por unos segundos por completo en cuanto mi mirada dió con esos ojos color cielo. Estaba sorprendido de su presencia, ella estaba parada frente a mí. Tenía el rostro algo triste, o así parecía, ¿Porqué sería?.


-Georg.. ¿Puedo pasar?-


Preguntó desganada pero con una chispa muy pequeña de alegría, estaba mirándome de frente, con ésa mirada que me podía en gran manera.


-Sí, bueno.. ok.. está bien, pasa.-


Le respondí algo cabizbajo, hasta tartamudeé por no saber qué decir por la sorpresa de tenerla aquí, sin realmente verla por completo ni por mucho tiempo. Debía controlar mis sentimientos frente a ella, debía controlar lo que me pasaba cuando su mirada se encontraba con la mía. Debía tratar de hacerme el duro, de ignorar ésa sensación que se apoderaba de todo mi ser. Ésa sensación de amor, o así parecía, ésa sensación de cariño incondicional. Ésa sensación que lograba colmar mi pecho de algo desconocido y a la vez cabía ése pequeño odio que se encerraba en una pequeña parte de mí, odiaba a ése imbécil que tenía como novio.


Ella entró y cerré la puerta tras de mí luego de haber entrado. Nos quedamos distanciados por algún momento, por mi parte, no tenía nada que decir, simplemente no tenía ningún tipo de problema.


El ambiente estaba calmado, y temía que los chicos vinieran y entraran sin golpear. Pero ellos no eran así y éso me aliviaba. Justamente no había nadie en éstos momentos y éso era lo que temía, pero simplemente acepte que entrara por sólo curiosidad, porque necesitaba saber qué era lo que quería. Ella me podía con cada cosa que hacía y estaba sorprendido de verla aquí, por todas las veces que me ignoraba o con sólo vernos en el pasillo, las veces que sentía ése rechazo. Ahora me sentía estático, no entendía nada, por más que le dé vueltas y vueltas, juraría que volvió para amenazarme, aunque no me había metido con su estúpido novio en ningún momento.



-Georg..-


Me llamó débilmente. Ella estaba a cierta distancia de mí, estaba mirándome y mirando hacia abajo de momento y podía notarlo. No tenía ganas de verla.


¿Si?-


Dije cabizbajo, mirando entretenidamente el suelo y las decoraciones del hotel.


-Geo...-


Llamó de vuelta acercándose hacia mí. Posó su mano en mi mentón para levantar mi rostro y que la mirara. No me había dado tiempo a hablar, que su aliento chocó contra mí.


-Mírame. ¿Podrías perdonarme? Fuí una imbécil .-


Me dijo pero yo estaba totalmente nervioso, estático, helado, no comprendía nada. Me había pedido perdón por haberme tratado tan mal aquella vez, y no se cómo es que se le ocurre hacer este tipo de cosas, ella es mi debilidad y no podría resistirme por mucho tiempo.


-P-pero..¿Porque?-


Dije dudoso, había algo que no entendía y aquella había sido mi pregunta, tenía la mente en blanco en éstos momentos, había olvidado todo lo malo que había pasado entre nosotros. Aunque sí recuerdo algo. Estaba dudando de todo ésto, no merecía el perdón de nadie.



Ella suspira.


-Porque no lo merecías. Lo siento, me pasé, Geo.-


Me miró a los ojos, no pude evitar desviar mi mirada de la suya.


Le había preguntado por qué y simplemente ella llegó a decir que lo sentía por haberse pasado conmigo. No podía creer que todo ésto pasara. No me lo creía , y pensaba que era un estúpido sueño.



-Dá igual..-


Dije mirando hacia otro lado desviando su mirada cuando de repente soy preso de sus suaves labios.


y..Me podía.. me podía demasiado.


Nos habíamos besado por segundos, pude sentir su cálida lengua rozar la mía, su cálida respiración chocar mi rostro y sus manos a cada lado de mis mejillas, apresándome, adueñándose otra vez de mí.

Me arrinconó hacia una pared pegando su cuerpo al mío, pero justamente el teléfono de ella suena.

Me quedé en shock, por minutos de haber sentido ése huracán de sensaciones. Ella se separó de mi completamente para atenderlo después de maldecir.


-¿Si?


-No, perdón, estoy ocupada en éste instante.


-No, no, dije que no.


-Adiós.



Después de la llamada no quise preguntar quién era pero algo me incomodaba de su vida.


-Asuntos de trabajo.-


Dijo y me miró a los ojos.


-Tienes prisa, ¿verdad?.-



Pregunté algo dudoso. Ella miró al suelo y soltó un suspiro cansado.


-Georg, es mi banda. Tenemos que tocar a la afueras.-


Dijo al instante.


Me estremecí de cierto modo cuando me acarició una de mis mejillas. Pero en ésos instantes, me acerqué a ella.


-Te perdono.-


Le hablé algo dudoso de lo que haría. Y no hizo nada más que despedirse, me dió un beso y agradeció.

Todo ésto me mantenía confundido. Aún recuerdo el momento cuando cruzamos miradas, ése único y especial momento se guardó en mi memoria para siempre.


....


Nos encontrábamos reunidos en la mesa, cenando algo, pero en éso Tom me interrumpe la charla sobre el tour pasado y las cosas graciosas que pasamos.


-Georg. ¿Así que te gusta la chica de la puerta 483?-


Dijo Tom mirándome con una graciosa sonrisa picara. Los demás me miraron. Un frío helado se apoderó de todo mi cuerpo, luego me ruboricé totalmente. ¿Cómo lo sabía?.


-Toom.. éso no.. éso no es verdad.-


Hablé con nerviosismo, y casi me atoro con la pizza, por la incómoda pregunta de Tom.


-Es verdad-


Dijo guiñandome y Bill me miró con una sonrisa de picardía, pero justo en ése momento sonaba mi teléfono.


-Ya .. ya vuelvo.-


Le dije con cierto nerviosismo. Era mi oportunidad.


-Salvado por la campana.-


Habló riéndose de mí, y soltaron una risa los demás.


Rápidamente salí de la habitación del hotel para responder y también por algo de aire. Sentía mi rostro arder.

No podía creer que lo supiera así como si nada. Creí haber actuado normal.


-¿Hola?-


Contesté rápidamente mientras me dirigía hacia una de las ventanas.








                                                                      ***



Cuando inmediatamente había atendido el teléfono, dí un suspiro por ésa hermosa voz, me quedé totalmente embelesado y fascinado. Porque su voz era tan dulce, delicada y hermosa, tanto como ella. Todo comenzó con que me pedía una cita y como ella era demasiado famosa me invitó a un sitio no muy común. Todo esto me había tomado por sorpresa, desde ya el tener que explicarle a Tom que debía salir a una cita, iba a ser algo complicado.

Miles de sensaciones me recorrieron y me perdía en su voz y en todo lo que decía. Ella tenía planes, quería verme ésta semana entrante y se tomó el tiempo para decírmelo. Justamente estaba en su tiempo libre de ensayos, cuando de repente me dió una cita para la semana próxima. Explicaba que había arreglado con su manager, sin dudas, no sé cómo es que lo hizo, pero lo hizo y éso es lo que más me sorprendía, que sólo había sido por mí.

Me decía que las reservas ya las había hecho con anterioridad, era para disculparse por todo, porque aún deseaba hacerlo. Todo me pareció una buena idea, todo me parecía absolutamente real. Aproveché a bajar las escaleras, pero en éso mi teléfono sonó nuevamente y no entendía el motivo. Lo atendí cuanto antes, tomé el ascensor y bajé a planta baja donde sin dudas necesitaba tomar un poco de aire, y tal vez planear en que decirle a Tom porque me había descubierto que había algo más entre la muchacha de la puerta 483 y yo.

Todo comenzó con tranquilidad hasta que oí la voz de ella, Isabelle tenía una cita para la semana que entraba, justamente ella me iba a invitar al cine así que para no haber quedado tan mal acepté de todas formas. Sólo era una amiga, nada en especial y sólo rogaba que no sea el mismo día, porque todos los planes se me irían abajo y tendría que elegir. Estaría entre la espada y la pared, no podría decidirme por una o por otra. Parecía una broma del destino que se burlaba de mí en el momento menos planeado.

....

Los días pasaron volando, simplemente todo lo que deseaba era que los días de cita no se mezclaran, justamente deseaba éso y nada más que eso.

Todo resultó como planeaba que sería, ésta noche Miley me invitaria a un restaurante, el mejor de la ciudad. Acepté sin más.

En ése momento que iba por un vaso con agua, me choqué con Tom, él me arrincono brutalmente contra la pared para hablarme.

"No sé quién sea, Georg. Pero no te conviene estar con ésa Mujer."

Las palabras de Tom me helaron por completo, no podía creer que no pudiera aceptarlo.

"Además tiene novio, Georg.."

¿Cómo lo sabía? eso era lo que me estaba preguntando en este preciso momento, no sabía cómo era que leía mis pensamientos. Pero absolutamente no tenía el derecho de meterse en mi vida.

-Déja de hablar, Tom, sólo somos amigos de verdad, y no te dá el derecho de meterte en mi vida, además de ser como hermanos, debes entender que yo ya crecí como tú y los demás.-

Le había hablado desde cerca, mirándolo fijamente, sin intentar querer golpearlo por las palabras que recibí de él. Ésa mujer era alguien para mí, alguien importante y Tom no merecía decir éso.

...

Llegamos, me recogió en automóvil, se veía simplemente impecable, demasiado diría, y yo me vestí con traje, algo elegante por la ocasión. ¿Pero cual? Me puse a pensar unos instantes y no lograba entender.. ¿Cual seria la ocasión? ¿¿Porque sería una ocasión? Podría ser simplemente una bienvenida, unas disculpas por todo el daño hecho. De verdad aceptaba que se disculpara de esta manera, se notaba que tenía las mejores intenciones conmigo, y hasta parecía que en un momento le había creído.

Me gustaba su belleza, miraba su perfil desde mi lugar, de reojo intentando observarla, tener su recuerdo en mi memoria por más tiempo el dia que se fuera o viceversa. Y es que justamente no pensé en las consecuencias que podría acarrear ésto. Pensaba en ella y estaba perdido en su mirada y en todas las cosas lindas que me provocaban al mirarla. Estaba demasiado ciego para poder ver la realidad. Sabía que algún día esto de las vacaciones terminarían, sabía que ésto que tenía con Miley  terminaría, ambos nos separaremos como en un final, pero supongo que para nada feliz, porque debía ir a Alemania después de pasar éstas hermosas vacaciones.

-¿En que piensas?-

Me preguntó cuando volteo a verme, ella seguía conduciendo y todos éstos pensamientos me estaban molestando y atormentando en gran manera.

-En nada..-

Dije algo distraído y después veo que asienta. Después del gran silencio comencé a hablar, decirle el verdadero motivo de mi repentino cambio de humor.

- Yo..Volveré a Alemania..Pronto.-

Le dije con un cambio notable en la voz, no me sentia bien despues de todo. No deseaba que esto realmente se terminara por un simple viaje.

-Ya veo.-

Dijo con seriedad después volteó y me sonrió.

-Éso no debería preocuparte, iré a verte a donde quieras que estés.-

Me dijo y aquello logró que sonriera. Sentía un gran alivio después de sus palabras.

-¡Llegamos!-

Dijo estacionando y luego bajamos del automóvil encaminandonos hacia la entrada. Todo era lujoso.

Entramos y nos habíamos acomodado en una mesa, Miley leyó la carta mientras que yo.. yo simplemente me la quedaba viendo.

No podía mantener la concentración en nada, únicamente en su admirable belleza.

Habíamos encargado la comida, y al pasar el tiempo noté que ella estaba bebiendo más de la cuenta. Todo era extraño, seguían esas miradas complices.. seguía ese algo que nos conectaba cada vez que nuestras miradas se encontraban.

Después de haber tenido una hermosa noche con Miley, mis instintos me decían que algo andaba mal. Ella se tambaleaba un poco, era extraño porque después de todas las copas que bebió, no creía que estuviese demasiado ebria o pensé que quizás estaba actuando.

Nos subimos y ahí comenzó todo el show.

-No sé donde queda el hotel.-

Me dijo con su voz algo.. extraña, estaba arrastrando un poco las palabras.

-P-pero..-

Fruncí el ceño mirándola.

No me parecía buena idea que condujera así.

Estábamos en medio de la carretera. Cambiamos lugares, sin dudas yo tomé el volante creyendo que iba en dirección hacia el hotel. Me sentía perdido, esta vez estábamos en medio de la noche buscando en el gps las calles indicadas.

Por desgracia, el gps se averió, desde ya, se había apagado por completo. Mi teléfono tenía poca batería y sólo podría llamar a una sola persona si no se apagaría. Sólo no lo había cargado lo suficiente por estar distraído.

-¿Qué hacemos?-

Pregunte frenando el automóvil y lo estacioné cerca del borde de la carretera.

-Quedémonos aquí.-

Dijo acercándose más hacia mí para besarme.

En ése momento me quedé completamente helado al verla con los ojos entre cerrados esperando que le correspondiera. ¿Estaba actuando? ¿Debería creerle? ¿Estaba en verdad ebria?.

Tenía en mi mente miles de pensamientos que no dejaba pasar por alto, o podía ser una cosa o podía ser otra. No dudé ni un solo minuto más y me acerque a sus labios entrecerrados. Logré rozarlos suavemente, pudiendo notar el cálido de sus labios y ése aliento a alcohol. ¿Estaba fingiendo? ¿De que se trataba este juego?.

Me seguía preguntando de todo tipo de cosas pero al darme cuenta estaba entregándome a ella, era todo demasiado tarde como para poder frenar nuestro romántico beso.

Sus manos me tomaron de la cintura atrayendome hacia ella, y me obligó a apoyar mis rodillas en el asiento para más comodidad  para poder comenzar a mover mis labios contra los suyos de una manera lenta, con romanticismo incluido el cual me logró dejar llevar.

No podíamos parar, era éste el momento que recordaría para siempre, el único que se grabaria en mi memoria.

De repente unas luces invadieron el lugar, un automóvil acaparó delante de el nuestro. Rápidamente me separe de sus labios y de ella y comencé mirar sobre de qué se trataba.

Un uniformado me tomó desprevenido por el costado de la puerta del conductor, preguntando si tenía el carnet de conductor y ése tipo de cosas. Justamente yo no traía nada conmigo, ni siquiera tenia carnet de conductor porque no sabia ni tenia idea que lo iba a utilizar aquí en Italia.

También le preguntó a Miley cuando voltee a verla, pero no le entendieron, ni siquiera hablaba con normalidad.

-Acompáñenos-

Dijo y nos llevó con ellos.

-Noo, es mi auto, no se lo lleven..-

Hizo una escena. Se recostó en el suelo como impidiendo que la alejaran, pero rápidamente la llevaron como a mí. Con intentos bruscos quiso zafarse de ellos, pero no podía, eran demasiado fuertes.

Nos llevó de regreso a la estación de policía. Miley estaba que se dormía en todo el camino, pero quería pelear en todo momento con el uniformado.

.....

Nos dieron un telefono para llamar.. automáticamente pensaba en las consecuencias que ésto acarrearía.







                                                                            ***





                                                                 
Tom estaba totalmente enojado conmigo, yo por otro lado deseaba poder hacer las maletas, ya no soportaba que se metiera en mis asuntos ni yo soportaba que me metiera en problemas cada vez que salía, por una razón u otra.

Tuvimos una pequeña discusión al llegar, y comenzamos a hablar con Miley. Ella nos miró fijamente, pidiendo y tomándose la molestia de disculparse, y porque también se había pasado de tragos.

Había olvidado que hoy tenía una cita con Isabelle. Pero no era una cita, sino que ella y yo íbamos a ir al cine, no quería decir que sea una cita. En verdad no tenía interés en ella, aunque le advertí que no se interesara en mí, que me viera como amigo y solo eso.

...

Después había recibido una llamada. Era otra vez Isabelle pero era difícil obtener el "sí" de Tom.

Así que le había pasado con ella. Esperé que hablara, porque solo íbamos esta tarde al cine, desgraciadamente ella tenía todo pago y no podía negarme. Tom aceptó y no se por que motivo o razones y me alisté.

Tomé un taxi que me llevó hacia el cine donde me vería con ella. Al llegar me percaté de que estaba ahí. Tenía un vestido algo ajustado, una mini y un gran escote en la espalda que resaltaba a la vista.

Me preguntaba porqué se vestía así, si nada mas la consideraba una amiga y no deseaba nada más con ella.

Comenzamos a hacer fila después de saludarnos, para entrar luego hasta llegar hacia los asientos donde me senté a su lado, algo incómodo desde ya porque sabía que ella tramaba algo.

Pedí permiso para salir justo en la parte donde ella había tomado mi mano disimuladamente. Eso me molestaba de sobremanera. Así que salí y me encamine a comprar palomitas, despejarme de ése ambiente tenso y donde no debía hacer ruido. La fila era larga y eso lo agradecia, no tendría que estar pasando un momento incomodo a su lado ni mucho menos dejaría que me besara en un intento de coquetear conmigo o conquistarme. No se que se me pasó en la cabeza justamente ese día en que la conocí, supongo que estaba totalmente celoso de ese estúpido rubio.

Las gente comenzó a disminuir en la fila y me tocaba mi turno después de esperar unos minutos, luego me encamine dirigiéndome hacia el asiento con una sonrisa fingida.

-Aquí tienes Isabelle-

Le dije enseñándole las palomitas que traía y dándoselas en las manos para sentarme luego.

Unos minutos después y sus manos me acariciaban insoportablemente una de mis piernas hacia la rodilla.En ese momento tomé una pausa, respire hondo y dejé que los minutos siguieran pasando, cuando justamente ella recuesta su cabeza sobre mi hombro, mirando a la vez la película entretenidamente. Estaba incómodo otra vez, de hecho me excuse de que iría hacia el baño con tal de alejarme lo máximo de ella.

Resulto asi que fue, caminé directamente hacia allí, sin importarme nada. Tome el celular y llame a algunos de los chicos rápidamente, desde ya necesitaba un amigo en mi ayuda.

Los planes no funcionaron, ninguno de ellos no me podían pasar a buscar con alguna u otra excusa así que no supe qué hacer y me quedé esperando unos minutos más hasta ir hacia los asientos donde la gente estaba totalmente hipnotizada mirando la pantalla.

Respire hondo y llegue a su lado y después comencé a notar que ella me sonreía coqueta.

...

Después de que había acabado la película, que de hecho parecía que estaba durando una eternidad y no parecía terminar nunca, salimos por un helado. Hacía calor y en esos momentos noté que estábamos cerca de una heladería. Así que entramos y compramos cada uno nuestros sabores favoritos, pagando después todo.

Era una lástima no aceptar venir al cine, pero ella ya tenia los boletos listos a modo de sorpresa y no pude decirle ningún "no" por respuesta.

Sabía que algo pasaba en ella, nos íbamos contando cosas y nos reíamos de todo.Yo necesitaba saber que pasaba porque ella no dejaba de enviarme guiños y miradas románticas en todo el tiempo que íbamos caminando, junto con esos acercamientos repentinos que tenía.

Mientras disfrutábamos el helado decidimos salir a caminar hacia alguna dirección, sabiamos donde estabamos, esta vez me había organizado en llevar mi móvil totalmente cargado porque sabia que volveria a pasar, porque la noche anterior, al telefono sin bateria lo tenía inutilizable.

Al terminar el helado llegamos hacia uno de los parques, y nos sentamos en una banca, pero ella me miraba todo el tiempo, aunque no sabía en que estaba pensando. De repente, al notar que había acabado el helado, ella se me acerca al oído aunque no entendía porque.

-Geo..Tienes algo en los labios-

Me dice y después me mira señalandose cerca del superior con una sonrisa.

Traté de quitarme lo que tuviese con el dorso de la mano pero suponía que no tenía absolutamente nada.

-¿Y Ahora?-

Le pregunté nuevamente, sabía que de algún extraño modo me estaba mintiendo.

-No.-

Dijo y luego negó con una risa burlona.

-Déjame, que te lo quito-

Dijo después de sonreirme de una manera que no supe clasificar, ella quiso hacer el intento, pero no sabía que justo en ese preciso momento haría lo inesperado.

Se acercó hacia mí y besó mis labios con suavidad. Me quedé en shock. No era algo que planeaba desde el comienzo, sino que estaba evitando que ésto sucediera. En ése preciso momento que tenía los ojos cerrados sentía que alguien nos estaba observando así que tomé una decisión para nada buena, los abrí pero por desgracia ví que sí había alguien observándonos.

Miley se encontraba en lo lejos cuando noté que alguien nos miraba, justo en ese momento que Isabelle me estaba besando. Miley señaló su cuello y movió su mano señalizando que me iba a matar, y no literal, simplemente era una manera de expresarse cuando la gente comete errores irreparables.

Empuje a Isabelle alejándola de mí, esto no tenía planeado de verdad que me había pasado, quizás si no fuese por ser tan listo, ésto no habría pasado.

-¡Oye! ¿Que te pasa!?

Se quejo algo molesta cuando la aparté de mí y me miró algo confusa.

-Nada, s-se me hace tarde, en verdad hoy tenia ensayo y tengo que ir con los chicos ya mismo-

Me excuse automáticamente, señalando mi reloj, mentía en todo lo que decía, y no la mire directamente a la cara a causa de la culpa que sentía en mi pecho.

Pedí un taxi automáticamente para que la recoja, pero yo, de hecho eché a correr, despidiéndome de ella primero y agradeciéndole de haber pasado una buena tarde.

Corrí por la dirección en que la había visto, estaba dispuesto a buscarla y darle explicaciones.

Al no poder verla por ningún otro lado decidí que era mejor regresar al edificio.

...

Después de haber entrado al edificio, me sentía totalmente culpable, de hecho me sentí intimidado por el ambiente que denotaba tensión y sabia que en cualquier momento me la encontraría, pero no si yo hubiera llegado antes que Miley.

Así fue como fui tomado desprevenido cerca de los ascensores, senti un jalon de mi brazo y tenia miedo, sentía miedo otra vez y totalmente culpable de todo.

Ella me hablo me puso las cosas en claro pero lo que no podíamos evitar era sentirnos atraídos.Me acaricio y tomó mi cara con fuerza para que la viera a los ojos.Ella me amenazó.

-Ya veo que no valía la pena hacer lo que hice por ti. Contigo pierdo mi tiempo-

Dijo mirándome fijamente. Golpeó el ascensor con su puño cerrado.

Me quedé mudo, en esos momentos no sabía que decirle.







                                                                            ***


Era un dia soleado y bastante hermoso, precisamente los chicos estaban planeando algo fantástico para hacer en el día de hoy, una verdadera sorpresa y era un tipo de escape sobre todos los problemas que se estaban presentando con la chica de la puerta 483.

Habíamos decidido ir a visitar una de las hermosas playas de Italia, la vista era demasiado magnifica, paradisíaca que implicaban ganas de quedarse por algunos días. Desgraciadamente no podíamos quedarnos pero sí pasar el día en las afueras y así poder despejar la mente de todo lo que acontecía y disfrutar de una vez por todas la estadía. Simplemente me olvidaría de tantas cosas por un momento, eso era muy bueno para mí después de todo, debía dejar de pensar en ella.

Caminamos con algunos bolsos hacia la entrada de donde nos dejó el taxi, llevábamos lo esencial para pasar todo el dia aqui mismo, sin complicarnos tanto la existencia.

Al instante nos recibieron cálidamente, había fans por algunas de las direcciones que pedían una foto o autógrafo el cual acepté con gusto.

El agua cristalina me invitaba a una vez cerca, a admirar la belleza del sitio. Saqué un par de fotografías, sin dudas admiraba demasiado la vista y todo lo que lo rodeaba.

Al llegar habíamos pedido una mesa, era el momento de compartir unas cervezas con los chicos, pero luego me encamine directamente por la arena, con los pies descalzos hasta la cálida agua para así luego de unos minutos zambullirme en la misma. Se sentía hermosa desde el principio y totalmente refrescante por causa de cómo el sol me pegaba al rostro de sobremanera.. es decir, era un día caluroso como para no quedarme quieto en un mismo lugar.

Luego de un momento de diversión comenzó a venir más gente pretendiendo asimismo divertirse, perdí de vista a los chicos. ¿A donde estaban ellos? Miraba hacia todas las direcciones posibles y allí estaban. Tom estaba con una chica muy hermosa caminando por la arena, Bill estaba caminando con gustav y sacándose fotografías como si fuera un niño pequeño, divirtiéndose, mientras tanto yo me seguía divirtiendo en el agua como las personas que llegaban.

Todo permaneció tranquilo, al mediodía nos habíamos metido entre la gente para buscar una mesa y así poder  saborear algunos de los platos típicos. Disfrutamos el momento, había comenzado a llegar gente de todas partes para poder disfrutar unos minutos o quizás horas aquí.

Era el lugar perfecto sin dudas diría que aquí podría quedarme las vacaciones próximas sin tener que pedir un hotel de lujo. Adoraba la simpleza, me encantaba poder disfrutar de las pequeñas cosas de la vida sin tener que pasar todo el día amargado y perdido entre pensamientos para nada satisfactorios.

De un momento a otro comenzó a sonar la música a todo lo que daba. Una banda había venido, pero sin dudas no conocía su nombre de ninguna parte.

Se había armado una especie de baile, todo se habia tornado totalmente demasiado divertido en las cercanías, además de que había varios juegos tambien cercanos a la orilla del mar, pero en ese caso lo unico que me interesaba era beber y bailar la divertidas canciones que sonaban al estilo electro dance.

Al atardecer, salimos de paseo hacia las cabañas donde se había armado una fogata y donde unas personas nos habían invitado a reunirnos con ellos.

Pasamos la noche contando historias y toda clase de divertidas bromas y chistes. Todo había resultado como había planeado en verdad me había olvidado de que hoy debíamos regresar al hotel y éso me estresaba de sobremanera. Una molestia en mi estomago me decia que no debia ir, que quizas me llevaria una de las peores decepciones de mi vida. Temía que algo malo pasara en ésos instantes donde cruzaría la puerta de entrada.

Ya habían pasado las largas horas y el taxi nos estaba esperando. Despues de saludar y firmar autógrafos simplemente nos fuimos del lugar hacia el hotel donde quizás dormiria todo lo que restaba de la noche por el cansancio que estaba sufriendo. Habia valido la pena, me habia divertido a lo máximo, sin contar que en varios intentos habia subido a un juego totalmente macabro donde caías al agua por ser empujado de un inflafle donde varias personas estaban a bordo.


                                                               


                                                                  ***



Tenía que llegar el momento que había estado evitando: tomar del elevador y encaminarme hacia mi habitación pasando justamente por su puerta.
Una parte de mí deseaba no encontrarme a Miley, sentía sin dudas una extraña sensación, algo me advertía, algo no andaba bien o era yo con mis tontos miedos de que algo inesperado pasara.

El tiempo que había pasado desde nuestra"discusión" hasta hoy estaba siendo doloroso.
Había intentado disculparme y explicar lo que realmente había pasado el otro día con Isabella, pero Miley se negaba incluso a mirarme. Me sentía culpable ésta vez, si ella estaría enojada conmigo lo entendería pero era demasiada frialdad de su parte.


...


Hoy me sentía más relajado que ayer, cuando casi salté sobre ella para intentar hablarle, sin importarme que los chicos caminaban unos pasos por detrás de mí... sólo me había ganado que aquellos ojos azules me miraran con verdadero odio y, más tarde, una estúpida discusión con los gemelos. Ellos sabían de alguna u otra forma que algo extraño pasaba y que por más que disimulara, todo me afectaba en cierta forma.

Por eso habían querido que saliéramos a distraernos ya que, después del incidente de esa mañana, Miley había vuelto a aparecer por los pasillos de la mano de su estúpido novio y eso sólo significaba que me tendrían encerrado y de mal humor en la habitación del hotel. Tragándome todo el odio me encontraba en un laberinto sin salida. Estaba siendo demasiado débil frente a la situación, estaba dejando que otra vez el odio me consumiera por dentro, yo estaba creyéndole el maldito juego al que jugaba. Acaso ¿Que pretendía?

Claro que no volví a correr con esa suerte.

La decepción era demasiado grande después de verlos caminar juntos, quizás para presumir a su estúpido novio y querer demostrarme que yo no valía la pena.
Deseaba entrar a su cuarto de hotel posesivamente, sin importarme una mierda quién estuviese y que me explicara de una vez a qué demonios estaba jugando.
 No supe precisamente qué hacer pero actue normal hasta que por fin la encontre.

En cuanto puse un pie en el pasillo la vi: se dirigía hacia su habitación, con la mirada hacia piso y ajena al latido acelerado que provocaba de mi corazón.

Me quedé petrificado en mi lugar, recorriendo con la mirada cada centímetro de su cuerpo y admirando la forma en la que andaba.
No me di cuenta de que iba a dirigirme hacia ella, hasta que Tom me sostuvo del brazo.

-Deja de hacer estupideces.-

Dijo, tan bajo que sólo yo pude escucharlo.

-No te incumbe, nadie está pidiendo tu consejo.-

Respondí con el mismo volumen.

-Tom tiene razón, si sabes que ella tiene novio.-

Agregó Gustav.

-¡Tom sale con muchas mujeres, no le importa si tienen novio o no, y ella realmente me gusta!-

Expliqué algo alterado. Se había vuelto una discusión en susurros. Tom me sostenía con fuerza y me miraba enojado, al igual que los demás.

-Ella no es una chica cualquiera. No creo que estés tan tonto como para no darte cuenta. Terminarás arruinado, uno en un millón detrás de esa princesita.-

Finalizó Tom.

Me solté de su agarre, molesto, pero pensando en lo acertado que estaba su comentario.

Caminé junto con ellos por el pasillo y volviendo mi vista nuevamente a la ojiazul, esperando el momento de volver a dirigirle la palabra pero sin asustarla.

Ella estaba por entrar a su habitación... iba a hablarle, me detuve justo ahí, pero parece que ni siquiera había notado mi presencia, mucho menos la discusión que había sostenido con los chicos.

Pero no puedo hacer ningún intento más por abrir la boca porque lo que veo hace que el alma se me caiga a los pies, provoca un nudo en mi garganta y vuelve a plantar mis pies en el suelo.
Ella tiene varias maletas sobre la cama, mucha ropa dentro, muchas cosas alrededor.
No soy tan tonto, me doy cuenta de que la he perdido. La he perdido para siempre.




                                                                   ***



​​Me quedé paralizado en cuanto ví sus maletas hechas.

Mi respiración se me entre cortó, el nudo en la garganta se hacía más notable. Así que entré sin más a su habitación, podía diferenciar simplemente que nada era lo mismo ya.

-Mi- Miley..-

Le repliqué con mi voz entre cortada, mezclada con tristeza y desesperación. Llame a su nombre con mi voz deshecha y mi corazón palpitando por el momento que presenciaba. De un momento a otro me refleje en sus ojos por un segundo, en el que me arrinconó contra la puerta con ésa mirada colmada de odio, para así seguidamente jalarme hacia un costado y pegar un portazo, cerrando la misma con fuerza mientras que mis sentidos seguían dispersos.

Se atrevió a mirarme fijamente y luego alzó una mano, indicandome con el indice, señalandome sobre mi pecho de manera despreciable, dejandome en claro que no tenia derecho a hablar o a opinar sobre la situación que se estaba tornando. En ese mismo momento tuvimos una ligera charla sobre lo acontecido últimamente.

Me recriminó cuando me vió con Isabelle, podía notar en sus ojos vidriosos lo mal de la situación que presenció aquella vez. El nudo en la garganta se me incrementó de golpe, tomé una de sus manos fuertemente o como podía en el momento en que alzó la suya para darme una abofeteada, desde ya, tenía fuerza, más que ella, fui enfrentándola de una vez, diciéndole las cosas frente a frente como merecía. Ya no daba para más la situación, y todas las veces que me había ignorado, el hablar sobre la situación que afrontabamos, ya me era suficiente todo.

-¡No significó nada, joder!-

Le grité y rápidamente, pero me enfrentó. Mantuvimos una fuerte discusión sobre el tema de Isabelle y comenzamos a pelear como si estuviésemos en una relación. Sin dudas en el momento indispensable, Isabelle lo había echado todo a perder. Pero quién necesitaba un golpe en la cabeza para aclarar las ideas realmente?? Era ella, de hecho mis impulsos no los controlé y comenzamos a forcejear hasta terminar en el suelo en el que termine tomadole de la muñeca con mi mayor esfuerzo.Su rostro estaba peligrosamente tan cerca del mío que desde ya sabía lo que pasaría. Y era tanto el odio y la atracción que sentíamos al mismo tiempo, que sus labios se pegaron a los míos calmando su respiración. Mi cuerpo se aflojó, la tensión era ya asunto olvidado. Se calmó completamente, comencé a sentir que entraba en un mundo nuevo, lleno de calma, de tranquilidad y de sentimientos mutuos. Su lengua atravesó mis labios, me llenó de calma, me estremecí totalmente. Comenzamos a besarnos con profundidad, tanto ella como yo, no sabíamos detenernos, no sabíamos cómo hacer para detener y parar todo lo que comenzábamos.

Mi piel se erizó cuando comenzó a mover sus suaves manos cerca de mi espalda, rozar sus dedos que subían por dentro de mi playera para más comodidad.

Por un momento creí escuchar golpes en la puerta, pero las caricias eran tan suaves y tentadoras como para poder notarlo. Rodamos en el suelo hasta que quede encima de su cuerpo, ella me estaba apretando contra su cuerpo, podía notar ya mi dureza, ella estaba tan sedienta de mis labios como yo de los suyos. En ése momento en que nuestro beso se había tornado demasiado intenso, la puerta se abrió de golpe, en ése caso no supe que hacer porque ella me tenía atrapado entre sus brazos y no deseaba alejarme.

-¿Cariño..?-

Se escuchó del otro lado. Ella salió a ver quien era. Por momentos algo dentro de mí comenzaba a surgir y fluir, era un veneno que crecía cada vez con mayor fuerza, ya no podía ocultarlo. Sentía un odio interno incapaz de poder ser calmado por absolutamente nada. Era ese momento o nunca. Todavía no entendía cómo habíamos llegado desde la puerta hacia otro ambiente. Me escondí detrás de una columna escuchando todo.

-Falta poco cariño, estoy emocionado -

Se oían besos. Mis manos hacían puños hasta dolían por la fuerza implicada y el odio me estaba invadiendo de sobremanera.

Se escuchó una risa por parte de ella pero en éso se escuchó la puerta abrirse.

-Ve que tengo que acomodar las maletas.

Dijo Miley, aunque se notaba nerviosa ante la situación.

-Cariño, ¿Irme a donde?, te estoy esperando a tí, los pasajes están listos y falta media hora. Y.. podríamos hacer algo-

Se escuchaba mientras notaba como él la jalaba hacia dónde me encontraba.

-Ehh no! No! Allí no..no es que.. derrame algo y debo trapear.-

Dijo Miley.

Pero desgraciadamente era ahora o nunca.

-Hola. ¿Se divierten?-

Me atreví a aparecer en la escena donde ella estaba sobre las piernas de él, sentados en el sofá.

-¿Georg? ¿Qué demonios hacias aquí?-

Dijo él con rostro de repugnancia al verme.

Ella me veía con sus labios entre abiertos sin entender la situación, totalmente sorprendida.

-Yo.. puedo explicarlo-

Dijo Miley nerviosa.

- Ella y yo.. salimos-

Me atreví a decir con una sonrisa de satisfacción.

Era el momento ideal para arruinarlo todo.

-No le creas..No confíes en él.. no sé n-no sé qué hace aquí-

Le dijo nerviosamente a su estupido novio mirándolo mientras tartamudeaba.

-¿Como te atreves a decir éso? Después de todas las noches que nos veíamos a escondidas?¿Como puedes? Eres una buena para nada! Una mentirosa!! Cómo pude confiar en ti!!!!-

Le dije pero en ése momento,se oyó un estruendo.

Él había arrojado algo de la mesita cercana al sofá a mi rostro, aunque de cierta manera no logro atinarle, y terminó rompiéndose completamente en el suelo.

-Sal de aquí! Y en cuanto a ti despídete de nuestro viaje-

Dijo enfadado rompiendo los boletos en la cara de Miley y se alejó de ella.

-¡Puedo explicarlo cariño!-

Dice pero en éso comienzo a buscar las fotos en mi teléfono.

-Esta es tu noviecita-

Dije y él se comenzó a acercar a mí al instante y me alejé por si me tiraba algo al rostro o recibía un golpe.

Él la empujó cuando Miley quiso acercarse él para detener la pelea. Miley estaba en el suelo en ese momento. Había sido empujada por el rubio que se veía totalmente enojado y a penas llorando. Recibió una abofeteada bien fuerte y después de éso recibió otra.

-¡Eres una maldita mentirosa! -

Le dijo mirándola, mientras Miley lloraba.

El rubio estaba furioso en ésos momentos, comenzó a gritarle, después me empujó, y le propiné otro empujón, comenzamos a pegarnos, repartiendonos golpes hacia todas direcciones y cuando salió perdiendo, con la nariz destrozada, salió azotando fuertemente la puerta.




                                               ***




Nada era lo mismo desde ése momento. No había hecho nada más que quedarme mirando la escena de cómo el rubio le había dado una abofeteada a Miley, quejándose de toda la situación, en cambio yo permanecí sin decir nada, solamente los miré porque se lo merecía, y ahora me doy cuenta que todo cambió porque sólo fué unos minutos desde aquél escándalo. De hecho pensaba que toda la culpa la tenía ella, por incitarme al pecado, por buscarme a pesar de que aún se veía con él o seguían en algo. Todo me resultaba imbécil de su parte, cómo Miley rebuscaba la manera de estar conmigo a escondidas.

Ella me miró fijo y se puso de pie al instante, aún parecía estar en shock con todo lo acontecido. Se acercó hacia mi lado y acarició una de mis mejillas con sus manos. La miré sin comprender el momento y la situación y en ése preciso momento chocó sus labios bruscamente contra los míos para besarme desesperadamente.

Ya todo había terminado, de hecho comencé a pensar en la idea de que Miley intentara algo más conmigo, mis instintos me decían que estaba muy equivocado, de que ella sólo intentaba divertirse conmigo, de intentar obtener sólo sexo, además pensaba que en algún momento el rubio se vengaría de la peor forma de mí.

No hizo falta aclarar que terminamos en la habitación nuevamente, Miley me sostenía firmemente del rostro deslizando con suavidad y con la yema de sus dedos la longitud de mi espalda. No hacía falta aclarar con palabras cuanto necesitábamos el uno del otro. Sus besos eran demasiado adictivos para mí, tanto como sus caricias, donde sus manos se deslizaban por toda mi piel, eran suaves lentas sin prisa alguna. Nos habíamos despojado de la ropa al instante sin darme cuenta la tenía encima mío aprovechando el momento para moverse encima de mí como toda una profesional, llevándome a la locura entre gemidos mezclados de amor y cariño. Su mirada cristalina observaba mi rostro hacia mis labios, luego de un fuerte movimiento de mi cadera provocó que ella gruñera entre mis labios. Me estremecí con sus movimientos, logrando que salieran sólo gemidos de mis labios al notar sus movimientos bruscos, dejándonos llevar entre el placer y la locura. Todo ésto me causaba experimentar sensaciones nuevas, sabiendo que únicamente ella me tenía a mí, me tenía a mí por completo, como yo a ella.

Cuando terminamos con la respiración totalmente agitada el uno arriba del otro, me estremecí por sus besos en mi cuello, su suavidad me volvía loco, me incitaba a sentirme aún más apegado a su cuerpo, de recorrer mis manos por su espalda desnuda siguiendo su espina dorsal hasta atraparla entre mis brazos con algo de fuerza, logrando de que Miley se le escape un gemido de gusto.

Cuando llegó la hora de vestirnos, me avergoncé en la manera que se veía su cuello, tenía algunas notables marcas. Sonreí de manera divertida y voltee hacia otro lado la mirada. Su cabello estaba revuelto, casi como el mío, ella lograba llenarme completamente mi pecho de felicidad, hasta volverme adicto a cada instante a su boca, sus besos, sus caricias. Necesitaba más que nunca su cercanía, la necesitaba sólo a ella.

...

Había pasado un tiempo desde que Miley me invitó a una cita, todo el problema pasado ya era del pasado, o éso suponía.

Tenía un momento en que temía que nos alejáramos, que ella tomara otro rumbo en su vida, pero no todo fué así. Miley había cancelado su viaje para pasar el tiempo que me restaba quedarme aquí, los días se estaban agotando muy fácilmente y ella sabía que volver a la rutina no siempre era tarea fácil. Los chicos sabían que cuando pisaran el suelo de Los Ángeles, todo volvería al caos nuevamente, con sólo decir que nos esperaba un arduo trabajo para ganar más dinero, éso nos hacía preocuparnos sobre todo en las diferentes citas hacia todos los expertos. Nuestra banda había soportado peleas, malos entendidos, a veces el largo distanciamiento producía problemas, desde ya, tener que memorizar todo como en un principio era tarea complicada.

Suspiré llamando a mis padres, sólo pararíamos en Alemania a sólo saludar, y de éso había olvidado todo. Se suponía que debía viajar a Los Ángeles, sin duda alguna debía hacer algo con el poco dinero que teníamos.

-Hey..-

Susurró una voz femenina por detrás de mi espalda. Me sorprendí por su presencia y totalmente me quedé en shock al notar que sus brazos se posaban a cada lado de mi cintura abrazándome. Cerré los ojos, sintiendo esa sensación de tranquilidad, y luego comenzó por besar mi cuello lentamente.

-Buenos días-

Dijo contra mi piel, aquéllo sólo me produjo un escalofríos intenso. Era la primera vez que despertaba en su cama, sin nadie que molestara en el teléfono. Era la primera vez que los chicos se habían ido a un hotel a pasarlo bien con alguna compañía femenina y que Tom había invitado a una chica al hotel para pasar la noche. Era todo una locura tener que pasar por un momento incómodo frente a los chicos, la primera vez en que se enteró que no tenía las mismas preferencias por cualquier mujer, la primera vez que decidimos dar ése paso que cambió nuestras vidas. Tom conoció a una famosa, yo conocí a una famosa. Ambos éramos de la cuidad de Los Ángeles.

La chica de Tom se llamaba Martha Hunt, una modelo muy hermosa y sexy. Todo concordaba, no era una cualquiera, sino que sabía lo que quería. Así que se pusieron de acuerdo en que Tom se quedara en el hotel y los demás buscaran otro sitio.

-Georg, levántate. Vamos por el desayuno.-

Dijo sacándome de mis pensamientos, solté un suspiro dando un pequeño estirón de brazos desperezándome en la cama.

Mordí mi labio inevitablemente, y me acerqué a los suyos para juguetear rozándolos contra sí un poco sin siquiera besarla. Ella por su parte me atrapo, y me atrajo hacia sí, presionando sus labios fuertemente. Daría lo que fuera por tener que despertar así todas las mañanas, sin siquiera pensarlo dos veces o tener que replantearme la misma pregunta. ¿A quién le importaría? Sólo soy un simple bajista, y todas las preguntas de las fans son inválidas para mí, sólo hago música, nada más. ¿Qué les importaría mi vida intima a los demás?

Sólo ésta noche me volvería adicto a sus labios, ésta noche me daría cuenta que no fué sólo una noche, sino que hubo más sentimientos de por medio.

Me alisté vistiendome tal como había llegado, me despedí en un hasta luego.

Me aseé completamente al entrar a la habitación del frente, Tom ya había despertado desde temprano y había desaparecido y solo quedaba yo tener que despertar. Dí un suspiro y me encontré algo en la mesa, que sin dudas no esperaba. Me derrumbé completamente en ése preciso instante y maldecí golpeando con el puño la mesa. No lo podía creer.





                                                 ***




Todo había resultado tan confuso ése día donde el rubio y ella, se pelearon. Había una discusión pendiente sobre mis tontos impulsos, no debía haber actuado como de ésa manera, ni siquiera sabia que mis celos se intensificarían en aquel momento. Ella merecía en verdad la abofeteada, merecía caer bajo, tan bajo como yo caí en algún momento, dónde me había causado ilusión cada vez al verla. Ahora no importaba Issabelle, no importaba nadie más que sólo la banda. Tokio Hotel debía presentarse a una importante entrevista ésta semana, y no había nadie en el hotel como creía, Tom parecía además, haberse ido a un hotel, para dejarme espacio quizás.. y no había vuelto, ni siquiera a llamarme por donde estaría, mis intentos tontos por conseguir su atención en estos momentos era fallida, me estresaba en sobremanera al saber que el estúpido de Tom kaulitz tenia el teléfono apagado, como los demás que ni siquiera habían avisado. Debíamos viajar  cuanto antes para presentarnos alli, no era cualquier entrevista, era una para Dieter Bohlen, sin dudas ganaríamos dinero con dsds, desde ya todo parecía triunfar con solo pensarlo.. ¿Que ? Ademas, los Kaulitz serian jurado... ¿un jurado Tom y Bill.?  Quien lo diria.
Quien diría que las vacaciones acabarían tan rápido, quien diría que esas vacaciones me la había pasado genial, que había conocido el amor de mi vida en la habitación de enfrente,  en la puerta 483.

Maldecía por lo bajo, era una importante carta sobre la mesa, una carta que decía Tom y Bill.
La vida me dio un giro inesperado al leerla. Maldeci.

                                                                    ...

Ese día justamente, en que ella me había invitado a la cita, sentí un fuerte sentimiento que se había apoderado, cuando me beso detrás de un edificio.. íbamos hacia un café a pasar el rato juntos, aunque nunca me propuso que saliéramos, todo era tan extraño desde ya, todo esto parecía que no pasaría más.


                                                        ~flash back~

Mi mirada contemplo la suya en esos instantes que estábamos en el café, seguía con su discurso, hablando sobre su carrera, sobre su fama y todo lo que le rodeaba, todo parecía perfecto hasta que me estremeció con su mano sobre la mía. Su leve roce me provocó bajar la mirada. Todavía me cohibía con su presencia, todavía me estremecían sus caricias.
Todo era perfecto porque de hecho me miraba a mi y estaba conmigo.
Me tomo del rostro y beso mis labios suavemente siendo preso de esto, sentía como mi corazón palpitaba por su cercanía y todas las cosas que logran que haya esa chispa entre nosotros, esa chispa que contaminan el aire de mis pulmones, ese afecto tan único que manteníamos entre los dos. Habia sido un buen día al sentirle cerca de mí, tal vez comencé a pensar que no le gustaba ni agradaba tenerme a un lado suyo, que no le agradaba por su sola amanera de actuar, a escondidas de todo el mundo.

Nos habíamos ido de paseo, a las playas de Italia, una de las mejores de las que había, aun el día estaba soleado y mis instintos decían que era la mejor época.

Ella no se animaba a mirarme, no se animaba a siquiera tocarme, acariciarme ni tomar mis manos en frente de la multitud, todo era cuestión de aceptar de que en la privacidad, ella no era como decía que era, que se animaba y ahora soy completamente ignorado.
En la playa caminamos descalzos sintiendo la arena entre los pies, cuando ella de repente me abrazó y aprovecho a apreciar la vista desde su lugar, de hecho ya no estábamos rodeado de gente, esta vez estábamos en la parte más privada.



                                                             ...


Los días donde estuvimos viéndonos más seguido, nos habíamos ido al cine, nos habíamos divertido demasiado,  en una parte nos tirábamos palomitas por solo diversión. Me encantaba su risa, me encantaba verla feliz y también compartiendo la alegría.Estaba haciendo lo posible para mantener mi vista en la pantalla, tener atención a lo que veíamos, pero no podía.. todo era difícil, sus manos acariciaban las mías en todo momento, con la oscuridad que nos rodeaba, aquello lograba que me estremeciera. 

                                                            ... 
~Fin de flash back~


Recordaría esos momentos en que habíamos pasado por la playa divirtiéndonos, ésos momentos en el cine, esos momentos en el café, los recordaria para siempre, el estar a su lado, pasar el tiempo que quisiese escuchandola cantar, oyendo su dulce melodía por las noches, cuando hacía las practicas, verdaderamente iba a extrañar todo ésto, lo vivido junto a ella.



                                                                     ***


 De repente me encontraba en un lugar sin salida, totalmente acorralado y lo peor era que no podía hacer nada al respecto. ¿Avisar que me iba o no avisar?
Tomé el tubo, del otro lado se escuchó su aliento. Me puse nervioso y comencé a tartamudear.


-T-tengo que irme ya..Lo siento mucho.-

Dije en medio de un sonoro suspiro de frustración. Ella se había ido a otro bar para tocar un cover, me había avisado anteriormente, fué algo imprevisto que sucedió de la nada.
Cuando noté a Tom aquí, rápidamente lo empujé. Había esperado por él toda la mañana y no tendríamos avión por su culpa. Debíamos presentarnos con urgencia, justamente en medio de mis vacaciones, quiero decir, nuestras, ya que los chicos también estaban aquí. Bill y Gus estaban allí esperando, a las afueras del lugar, consiguiendo horario para poder ir de regreso a Los Ángeles.

-¿Con quién tengo el agrado de hablar?.-
 Pregunta una voz en el teléfono, una masculina por cierto.
Me estremecí, apreté mis manos haciendo puños y golpee la mesa. Odiaba que prestara su celular.

-Soy Georg Listing, ¿Quién eres tu?-

-Soy el manager de la señorita ¿Qué necesita?

-Hablar con urgencia con ella.-


Cambie el tono de voz automáticamente.

-Ahora no se encuentra, por favor espere un momento.-

-Dígale que ya mismo tiene que venir a su apartamento, tengo que hablar con ella con urgencia.-

No solo era hablar, sino, era poder despedirme correctamente. Odiaba ésto. Tenia otra llamada entrante.

-Esta bien, hasta luego.-

Corté y acepté la llamada. Eran Bill y Gus.

-Georg.. tenemos horario para ahora mismo, deberías llegar, el vuelo sale a media hora.-


-Ya va, Bill, ¿Nos podrían esperar?-


Dije y escribí una carta de repente, apresurado la doblé y se la mandé debajo de la puerta para que nadie más pudiera notar la existencia de la misma y me marché junto con Tom y con algunas de las maletas que él preparó mientras tanto. Tome un taxi, y después de que llegué al sitio, los encontré a los dos chicos sentados impacientes por que llegaramos.

-Vamos, chicos, ¡yaaa!, Mira la fila está acabando!!!!.-

Me obligo Bill a correr, tenia razón, llegaba minutos tarde culpa de aquellos semáforos y diversos tipos de mierda del trafico que me hicieron tardar.

Hice la fila y comencé a pensar, a hacerme ideas erróneas sobre la carta que le había dejado.
¿Y si el encargado de la limpieza de servicio de habitación encontraba la carta?¿ si tan solo la tiraran a la basura y se deshicieran de ella?
No podía creer que me sentía en apuros culpa de éstos dos gemelos.

Un momento más que me encontraba en los asientos, mi teléfono comienza a vibrar. Era ella.

-¿Hola que querías decirme?-

Su voz alegre interrumpió.

-Estoy de regreso a Los Ángeles. Lo siento mucho. Te dejé una carta debajo de la puerta.-

-¿Que?-
 Escuche su respiración agitada y después del grito que me obligo a quitar el teléfono de la oreja, se escuchó como lloraba, pidiendo a todos que se alejaran de ella, que permanecieran lejos, que deseaba estar sola.

... 

Y así fue como terminaron las vacaciones soñadas para mí, así fué como conocí el amor en la puerta del frente, la del numero 483.



                                                                                         ***



Notas Finales:

  [ Ésta historia está modificada para la versión #Giley (GeorgxMiley) ]
  
  [Ésta historia sólo es una adaptación de mi otra creación original y que se titula de la misma manera:   https://www.wattpad.com/story/59447040-eyes-sky-my-world (BillxJared) ]

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