23 sept 2016

A Day To Remember

Título: A day To Remember
Banda: Tokio Hotel/ Ellie.
Parejas: Bill-Original femenino.
Género: Romance.
Categoría: Hetero.
Personajes: Bill, Ellie.
Advertencias: Contenido Adulto. 
Completo: No. ( En Progreso.)
Clasificación: Fiction Rated M (16+)









RESUMEN: 

Bill Kaulitz era un famoso vocalista. Alexa Schell era una chica como cualquier otra.
    Ellos se encuentran por primera vez. Se conocen en el transcurso del tiempo y 
    viven una excitante aventura juntos, pero los finales para Bill, no son como lo cuentan.





                                                                  ***


                                                             Covered In Gold


Estaba caminando, no lo dudaste un segundo. Tus timidos pasos se dirigían hacia mí con temor. Me miras con ésa mirada tímida, me siento como un chico cualquiera en éstos momentos, incapaz de poder llenarte con  algún suspiro. Tu mirada está pendiente de la mía noto ésa chispa atrayente, con cada segundo que pasa, tu mirada se hace eterna para mí. Escondes tu rostro, tienes un rubor muy ténue acariciando tus mejillas con suavidad, ése tono rosado te hace ver como alguien que está avergonzada por algún motivo en particular. Captas mi mirada nuevamente, siento que es el momento, debería conocer tu voz, tu nombre al menos. Me acerco, me siento seducido por ésos labios en tono rosado, me siento atraído por la manera en que sonríes tímidamente, también por el color cielo de tus ojos que me miran con temor.

Tú me saludas, la voz suave y muy femenina sale de tus labios en un "Hola". Te sientes insegura, tímida.  Quiero ser capaz de conocerte, saber algo más, así que pregunto con curiosidad. De mis labios sale un "Hola, ¿Cuál es tu nombre?". Tu te lo piensas un momento, miras hacia abajo y luego me miras directo a los ojos. Tu mirada limpia me impacta, me siento preso por ésos ojos  que se tornaron un tanto más claros con la luz del sol, éste mismo, refleja tu rostro pálido como un reflector, te ilumina completamente. Ahora ocultas tu nombre bajo un juego con tus manos, no me quieres decir todavía. Dices " Alexa" Con tu suave y fina voz, yo me pierdo en tus ojos, pero tiendo mi mano para saludarte. "Mucho Gusto, Soy Bill" Te respondo cuando tú tímidamente correspondes el saludo. Siento que estamos llegando un poco más a como comenzamos. Estamos dándo un paso más para llegar a conocernos. Sólo puedo ver una capa por fuera de ti, no sé en realidad quién eres, pero tu manera de ser me provoca y me incita a conoceer más de ti.

Me sonríes y siento como un suspiro acapara mi ser, veo que eres mas hermosa de lo que imaginaba. Miras hacia abajo, estás avergonzada otra vez tal vez por cómo me quedo viéndote. Juegas con tus manos como si aquello fuera algo entretenido, no sabes que más decir, supongo que te sientes nerviosa por cómo mi mirada choca con la tuya. Me comienza a gustar tu simpleza, tu carísma. Me miras como esperando que responda a tus gestos, sólo logras que te sonría, aquel juego provoca que me quede con ése pensamiento de duda. No sé, tal vez te causé buena impresión y no me lo quieres decir.

Caminamos, te invito a caminar conmigo. Me pregunto porqué esa timidez te toma por completo, no te deja mostrarte tal cual eres. Me gusta tu manera de caminar,  escondes tu rostro detrás de algunos mechones de cabello que caen acaricia tu mejilla. Siento que eres callada porque no te animas a pregunar en cambio, yo solté de repente un " ¿Eres de por aqui?" mi voz suena suave ésta vez, mi pregunta sólo es una, siento que es lo justo, no tendría que andar por la vida preguntando cosas que no interesan. Me miras, me respondes que sí, que eres de por aquí que sólo salías a dar un paseo. Te digo que me siento algo aburrido en casa, que salí por ésa misma razon, tú sólo me sonries, me comienza a gustar tu sonrisa, es muy  bonita.

Me dices que te gusta mi voz, que me  haz oído en alguno que otro concierto. Tu timidez se interpone nuevamente, te hace ruborizar mientras caminamos hacia ninguna parte. Me siento atraído por ti en este momento, me ha encantado conocerte.

Te doy mi número porque me agradas y te digo que me gustaría volverte a ver algun otro día. Te sorprendes, pero guardas el número en tu cartera, me sonríes nuevamente. Sé que nunca conoceré una chica así detrás de mi vida como músico, siento que ésta es mi oportunidad para tener tal vez una futura cita, ya que he conocido a aguien agradable cómo en muchas ocasiones, pero no se compara contigo, te noto algo especial y mi intuicion lo predice. Nos despedimos, sé que ésto es sólo un principio.

                                                                 ***

                                                              We Found Us


Camino hasta la barra, pido una copa para disfrutar la noche, el club está muy concurrido y te veo. Eres una hermosa casualidad y con tus pasos vas modelando abriéndote paso entre la multitud. Eres sensual y tu vestido encaja a la perfección. Bebo mi copa una vez más, saboreando su contenido, te veo bailar junto con un grupo de mujeres jóvenes. Le pongo atención a cada uno de tus movimientos de baile, eres una seductora de primera. Ésto se torna tan turbio como mis pensamientos prohibidos sobre tí en éste preciso momento, me enriedo entre absurdas ideas que trato de imponerle un control.


Termino mi copa, me meto entre la gente para acercarme más. Te veo bailando sola, aquello me incita a sorprenderte. Me impaciento, no lo dudo más, voy en tu búsqueda pero la sensación de temor se apodera de mi completamente. Temo que no me reconozcas.


Me vuelvo, una mujer me toma por la cadera, me obliga a bailar. No lo dudo, me entrego por completo. No soy bueno en ésto solo hago lo que sé hacer.


Me ves. La sonrisa que adorna tu rostro decae. No sé el motivo, pero alzas una mano para saludar, para que te vea y me vuelves a sonreir como una niña. Te guiño. Tú volteas hacia atrás, un joven bastante apuesto te besa y tú lo alejas. No eres mía, ni de nadie. No hago mas que seguir el ritmo de la musica, mezclándome entre las personas.


Me alejo, me esfumo de ahí. Te veo otra vez, me haz descubierto.


Me saludas con un hola, yo te respondo. Tú sólo sonríes.


Este juego se torna más amigable.


Me dices que tus amigas están ligando, que te han dejado sola. Tú ríes como si aquello fuera algo divertido.


Me estás mirando, tus ojos me recorren entero, como si fueras una loba hambrienta y por alguna razón me siento incómodo. Me guiñas y no sé como tomarlo, el que una mujer inicie algo, se ve extraño en mi mundo.
Pienso un momento, pero tú me miras, sonríes esperando que inicie algún tipo de conversación. Me lo pienso, éste momento se me hace incómodo porque no tengo tema de conversación, más aún lo intento.
" ¿Te diviertes?"
Pregunto. Me estoy tensionando por cómo te acercas. 
"Mucho"
Dices cerca de mi oído. Me estremezco por tu voz, y porque no planeaba que me hablaras así. Los nervios me atacan, me incomodo.
"¿ Bailamos ?"
Preguntas, me miras. Yo asiento con una tímida sonrisa.
Caminamos hasta la pista y me rodeas el cuello con tus brazos, maldigo el momento que acepté porque la música es lenta. Mis manos acabaron rodeando tu cintura mientras nos movemos lentamente.
No sé que es ése sentimiento que presiona mi estómago, cuando tu mirada penetrante me observa. Me intimidan fácilmente, desvío la vista hacia otro lado.
Provocas algo extraño en mí al fin de cuentas, lo acepto porque creo en la magia del amor.
Tus ojos brillan, o sólo es el reflejo de las luces del club o quizás soy un tonto ilucionado.
Nos separamos, tú estás ruborizada y no entiendo el motivo de ello, me sueltas y me pides que te siga.
Sigo tus pasos, entramos a un lugar más calmado donde la música no molesta.
Me pides una cita, encontrarnos en un café algún día de éstos o el día que yo quiera. Explicas que no es necesario que sea mañana, que no tienes prisa. 
No sé que decir, si considerarlo como algo que quieres iniciar, tal vez una relación o tal vez es sólo por amistad y yo sólo busco el porqué de las cosas simples.
Nos sonreímos después de tu invitación, supongo que te caigo bien por la manera en que me prestas atención o estás pendiente de mi respuesta.
Mi respuesta al respecto ha sido un sí. Me sonríes y tus ojos vuelven a brillar y no encuentro el motivo exacto de ése llamativo brillo.
Me tiendes un papel que habías escrito tú número con anterioridad, no hago otra cosa que guardarlo en un bolsillo de mi chaqueta. 


                                                                 ***

                                                              Masquerade


Camino hacia un café, tú estás en el umbral bien puntual desde el día en que acordamos llegar hasta éste lugar para quizá llegar a conocernos un poco más. Te encuentro otra vez, nos encontramos en éste sitio y cruzamos miradas nuevamente. 
Fué decisión nuestra el reencontrarnos en una cita, pero tú fuiste más rápida con las palabras y fue entonces como quedamos en vernos en quince días. Explicabas que tenías mucho trabajo, que no podías darle una tonta excusa a tu jefe sólo para faltar a una cita, la cual decias  que era muy importante para ti. 
No soy una persona muy dada hacia los demás, pero sí soy un poco desconfiado y no por éso seré un miedoso, no por eso perdería la oportunidad de conocerte un poco más. Mi pulso palpita al ver ése rostro de terciopelo, tus ojos están perfectamente maquillados, simplemente te ves perfecta, como si fueras a concurrir a una entrevista. Llevas una elegante vestimenta y ahora tus pasos se dirigen hasta la mesa que yo había elegido. El sitio en sí no estaba muy concurrido y me gustaba que sea así pero, en éso mi vista dá con el decorado, que es algo rústico, lo que me agrada demasiado por sólo verse original. No sé que te parece gracioso en cuanto te acercas a mi mesa, sueltas una pequeña risa y después me sonríes de una manera agradable. Me saludas con un "Hola" y tu piel de las mejillas parecen enrojecerse de una manera única, y creo saber la causa. Traen el café para ambos, pareces callada en éste momento y no te animas a preguntar ni a decir lo que querías decirme. Tu mirada se ve algo inquietante, siento que en éste momento te sientes ligeramente tímida o algo similar. Seguramente estás nerviosa por como agachas la mirada cada vez que mis ojos se encuentran con los tuyos. Me preguntas "Cómo estoy", para que regrese la calma en ti, mi respuesta es rápida, así que suelto un "Estoy muy bien". Tú pareces dudar de lo que ibas a decirme  nuevamente, pero dudas, porque bebes a pequeños sorbos tu café y seguramente lo piensas mejor.

"¿Qué haces en los ratos libres? A parte de cantar"

Fué tu pregunta, es algo tan obvio que no sabría siquiera mentirte. Acomodas tu cabello, un mechón cae sobre uno de los costados de tu mejilla. Pareces una niña inocente, con su timidez notable y los ojos inquietos.

Te respondo que soy un chico simple, que también me gusta salir de paseo en los ratos libres y concurrir a fiestas. También que me encanta pasear mi mascota, junto con mi hermano.

Aquellas palabras salen de mis labios sin pensar en las consecuencias, pero no me importa, sé que puedo confiar en ti de alguna u otra forma. 
Mientras hablamos siento que tienes una mascara detrás de esos ojos que ocultan la verdadera razón de porqué te interesas en mí y en conocerme. Tu sonrisa se ensancha, te noto nerviosa por el cruce de miradas que tenemos y tus manos te delatan por la manera en que juegas con tus dedos.

No se porque me siento atraído a ti o por ése rubor que reaparece nuevamente en tu rostro. Pienso que todos tenemos una mascara, ocultamos cosas importantes o cosas tontas detrás de la mirada, o quizás también, nuestros secretos más profundos.

En cuanto terminamos de hablar, tú preguntas si deseo salir a caminar, contigo. 
Acepto, no veo el problema ni siquiera te podría ocultar un no disfrazado de un sí, o un sí  temeroso que busca negarse a todo. 
Me sonríes, salimos del local y puedo decir que me encanta cuando tú te liberas, me encanta el que prefieras no callarte en nada que lo cuentes todo. 
Pero todos en ésta vida tenemos secretos y no soy quién para obligarte a hablar cosas que no tienen sentido o que no tienen importancia. 
Con el tiempo nos escondemos en máscaras, nos escondemos en mentiras tras nuestros ojos, nuestro día es feliz porque así queremos que sea. Simplemente  me cuentas un poco  sobre ti y también te cuento sobre mí, pequeñas cosas sin importancia pero, tu me hablas de una manera única, porque el rubor  en tus mejillas no te abandona en ningún momento. 
Me gusta tu sonrisa, la manera en que curvas tus labios de manera seductora me provoca quedarme viéndote. 
Llegamos al fin de nuestro día, se nos hace tarde para ambos, y sé que las horas pasaron de manera veloz. Pero para mí no me parece la mejor manera de despedirme, me gustaría quedarme más tiempo, para oír tus dulces palabras pero ya debemos marcharnos. 
Nos despedimos mañana sería otro día, en el que tendría el recuerdo de ésta hermosa cita que compartimos, y  también pensaría en el día de hoy y las cosas buenas que lo caracterizan. 

                                                                 ***


                                                             Kings Of Suburbia

Los días habían pasado volando simplemente salí a recorrer las calles para comprar algo de ropa. Pero te veo por sola casualidad de la vida y coincidencia. Elevas tu brazo en un saludo amable en el que me doy cuenta rápidamente que sí, que eres tú y que ésa cabellera dorada te delata. Tu piel blanca parece iluminada, parece resplandeciente con el brillante sol que impacta contra tu rostro. Tu caminas hacia mí, tu vestimenta casual pero impecable me dice que irás a un lugar no tan importante.


Nos encontramos, tú decides acercarte más para así saludarme con un beso en la mejilla. Me dices que ibas hacia un salón de belleza pero yo te cuento que iba hacia un shooping. Entre que caminamos muy lentamente mientras hablamos, me dices que tienes prisa, que podemos vernos en un horario más apropiado. Te ves muy radiante en el día de hoy y tu carisma me comienza a gustar de cierta forma y cada vez que nos encontramos. Te saludo despidiéndome de ti, nos marchamos pero me es imposible no voltear para verte para saber si tu hacías lo mismo.


Al pasar unas horas, veo que voy llegando al lugar indicado. Hago fila dentro del shooping porque hoy quería y debía comprarme unas nuevas plataformas y tal vez era el mejor momento también de hacerlo. También aprovechar la oportunidad y comprarme unos zapatos para estrenar en algún momento, aunque de cierta manera no sé bien cómo me veré con ellos.


Suena mi teléfono, es una llamada tuya la que me advierte que conteste cuanto antes, siento esa ansiedad, una intriga que me invade por completo. Atiendo rápidamente mientras que elegía alguna vestimenta adecuada para alguna ocasión especial y otra por si acaso, pero que combinara con los zapatos.


Eres tú llamando, me sorprendo demasiado al atender. Tú voz es tan dulce que con sólo oírte me estremezco de alguna extraña manera.


Me dices que podemos vernos en el día de hoy, que no importa si es hoy o mañana quizá otro día pero en éso, antes que cortaras la llamada, comienzo a decirte que me gusta tu idea. Acordamos el horario, también el lugar y tú te despides con un agradable saludo.


Hoy por la noche es nuestra segunda cita y espero verme bien en el espejo.



Pasadas la horas, me ducho, tardo poco tiempo y examino mi rostro. Me perfumo colocándome ése nuevo conjunto con los zapatos, trato de verme bien y elegante, pero no parecer tan adinerado. No sabía que lo usaría en el día de hoy a éste traje color blanco. Tiene una pequeña corbata pero también decido acompañar mi escote con algunos collares así se luce mejor el tatuaje de mi pecho. Me falta algo de maquillaje natural, quiero verme algo casual pero elegante, así que me coloco gel en el cabello así tenerlo prolijo e impecable.


Los segundos pasaban y todavía seguía acomodándome prolijamente la vestimenta a estrenar, a veces me costaba tiempo arreglar mi imagen así verme de lo mejor.


Luego de esperar un buen rato y beber un café, miro mi reloj y la hora había llegado. Aviso rápidamente por medio de mensajes de texto de que no estaré en la casa, así los chicos no se preocupan y una vez ya listo me subo pero en la parte de atrás del automóvil, ya que tenía mi propio conductor. Enciendo un cigarro y me pregunta hacia donde voy, rápidamente le digo que a un restaurante, dándole la dirección indicada, y él comienza a poner en marcha el mismo, conduciendo tranquilo.


Luego de unos minutos, siento que estaciona cerca de un local. Estaba bastante iluminado y desde las ventanas se podía ver a la gente del otro lado.


"Llegamos, Sr Kaulitz" Dice el chofer, mirándome por el vidrio retrovisor. Alguien me llama la atención rápidamente y siento nervios extraños al notar de quién era.


Tú estás esperándome sentada, ésta vez habías venido temprano y tenías puesto un vestido demasiado provocador y seductor.


En cuanto bajo del auto, le doy propina así nos retira para llevarnos de regreso, pero entro al sitio y me encamino hacia tu mesa. Noto también que el lugar se veía lujoso y tú prácticamente estabas distraída.


El cabello suelto te luce muy bien y ése color de vestido va con el tono de tu piel. Te saludo rápidamente, tu me saludas y comenzamos a charlar hasta que llega la comida, lo típico de mi estilo y del tuyo. Habíamos encargado pasta con una salsa tipica del lugar y cuando llega comenzamos a disfrutar los sabores nuevos de la misma. Teníamos mucho tiempo y entre que hablábamos y bebíamos vino, los minutos pasaban más rápido de lo usual o así lo sentía. Llega el postre, pero aún quedaba poco tiempo antes de marcharnos.


Entre que hablamos sobre nuestras vidas, un poco más de cada tema, bebemos unas copas de champaña que habíamos pedido.


La estaba pasado muy bien contigo y he descubierto que tienes buen sentido del humor que eso logra atraparme de cierta manera. Tu sonrisa es muy hermosa, tu rostro se ilumina cuando me miras de ésa manera. Siento que somos dos jovenes cegados por las luces de la cuidad, que no nos importa si nos gustamos, si sucede aquí y ahora, sucederá tarde o temprano. No sé que me pasa, no logro poder concentrarme del todo al hablarte, tú mirada está pendiente de mí todo el tiempo y tus ojos tienen ese brillo que me agrada totalmente, me cautiva de cierta forma.


La hora de irnos llegó y nos dirigimos hasta el automóvil donde el chofer estaba esperándonos. Yo te tome la mano y en ése preciso momento nos miramos a los ojos. La noche era oscura y nos sentamos en el asiento de atrás, y yo sin pretender soltar tu mano acerqué mi rostro al tuyo. Tú no dijiste nada. En ése momento te becé con suavidad tus labios, eran tersos al contacto y pude notar la calidez y el aroma a cereza que desprendían los mismos. Me alejo a centímetros, me relamo discretamente y te veo. Tú estabas muy ruborizada por lo que acababa de pasar y la sonrisa tímida te delataba. No sé si fue producto del alcohol pero me acerque a tus labios con ésa decisión de pertenecerte de alguna u otra forma. Todo un desafío fue mirarte a los ojos y notar que algo bonito estaba naciendo entre nosotros dos.


Me gustó tu aroma, ése perfume exisito se me impregnó en mis fosas. El alcohol en mi sistema me había hecho efecto y por lo tanto mi estomago sufría un cosquilleo ligero, o tal vez eran los nervios que sentía al tenerte al lado mío.



Minutos después, llegamos a tu apartamento y no me quise despedir así sin más. Sino que caminamos los dos hacia la puerta del edificio, y fue entonces que nos besamos lentamente. Juntamos nuestros labios en un suave beso sin profundizar, pero sólo era un corto beso de despedida. Siento que ambos nos estamos entregando al amor, que estamos bajo el cielo de estrellas y tú me correspondes. Siento que ésto que está comenzando a surgir es algo bonito y no sé si está destinado a durar.



Te adentraste a tu casa. Me volví al auto, algo ilusionado con todo ésto. Pienso que no sabemos a dónde vamos y sé que también somos libres. Siento que esta noche fué especial porque estabas tú en ella, y que también siento que el amor es nuestra gasolina. Es algo inevitable no poder enamorarme, pero si en algún momento sucede, no podré controlarlo, sé que hay cosas que no puedo cambiar sobre mí mismo.







                                                          ***

                                                Never let you Down






Sin dudas la había pasado totalmente bien, cuando tu me habías besado las cosquillas eran inevitables. Eras como un sueño inalcanzable, pero para que decir, había conquistado tu corazón con simples palabras. Debería pensar en las circunstancias de la vida, es decir, no estaría aquí todo el tiempo para estar contigo, pero seria difícil una relación a distancia sin poder verte, sin poder contemplarte en silencio. Habían pasado unos días desde aquel mágico encuentro, había cancelado todas mis citas, no tenia ganas de hacer nada, tenia ganas de verte únicamente, saber que estarás disponible en esta oportunidad.
Mi piel se eriza al notar el teléfono sonar entre mis manos, como si fuese mentira, eras, tú. Siento que ahora somos más que conocidos por así decirlo, no quiero que te detengas, tu tienes la entrada a las estrellas y a mi corazón y puedes hacer con él lo que se te dé la gana, ya es tuyo.
Me llamas para saber si podríamos vernos algún día de estos otra vez, tu dulce y hermosa suave voz me eriza la piel y yo con gusto acepto, porque no tengo nada que hacer por la noche. Mi mente me juega en contra, estoy pensando en lo inevitable, en lo que pudiera suceder si me alejo de ti por algún motivo en particular, ya sea de trabajo, o simplemente alguno que otro viaje que se dá en los momento menos planeados.Pero nunca te dejaría caer, no podría alejarme de tí simplemente.
Todo iba con su rumbo, yo tenia ése sentimiento de melancolía, por alguna que otra razón que desconozco, estoy temiendo a todo, estoy temiendo al futuro nuestro y al destino.
¿Que haría si algún día de éstos te decepciono?
Nunca te dejaría caer, simplemente era el motivo por el cual me mantenía fuerte, pensaba en que las cosas iban a cambiar dentro de mi mente, iba a pensar en positivo aunque de hecho no podía hacerlo. Las imágenes del pasado me perturban, muchas relaciones que no terminaban bien y me derrumbo. Tengo miedo a que las cosas se repitan, que todo termine en una simple amistad, que todo cambie entre nosotros. Pero, lo que prometo es ser un hombre nuevo y mejor.

...


Comenzamos a bailar, no quería que pararas, teníamos que terminar lo que habías comenzado, yo prometo todo por tí, ahora que las luces se encienden me dejan ver tu angelical rostro. Ahora que veo tu cara de nuevo siento que es hora del amor, y que somos más que amigos.
Te beso, comenzamos un juego de lenguas cuando tus brazos me rodean el cuello. Eres hermosa, y no dejas de bailar, me llenas de sentimientos extraños, que están recorriéndome entero, tu dulce sabor a tus labios me llevan a la locura. Te separas pero no me hace sentir bien, ahora que veo tu baile me dominas a tu antojo. Caigo ante tí y ante tu hechizante seducción, comenzamos a bailar con la música divertida que comienza a sonar de repente, tu chocas, te deslizas hacia la pista de baile. Querías ser la única atracción en el lugar, me llevas junto a tí de la mano para que comenzáramos a divertirnos. Entre cada paso, me llevas a la locura, me estoy convirtiendo en lo que tú deseas, pero desde ahora soy tuyo. Alguien se me acerca tomándome de la cintura, es una pelirroja, pero tú la alejas, me tomas de la mano y me jalas junto a ti, reclamando lo que es tuyo y eso me enamora más de la cuenta. Te tomo de la cintura, puedo sentir esas curvas que me exitan un poco más con el solo pensarlo. Creo que te necesito pero no estoy dispuesto a tener solo sexo contigo por solo necesidad. Ahogo mis ganas en tu boca, me besas y te despegas, comenzando a bailar, a dar vueltas coquetamente. Ahora todo lo que veo es tu mirada y esa chispa que me hipnotiza, me congela, me atrae.

...


Luego de unos tragos, prometí no beber más de la cuenta, debía conducir y llevarte directo a tu apartamento. Me deslumbras con tu belleza y no sé que hacer cuando tu mirada choca con la mía. Me siento perdido y una vez más lucho con ésta guerra de sentimientos que me toman. Te tomo del rostro y te beso  suavemente porque no podía despedirme sin saludarte. Un suspiro sale de entre mis labios, me tienes ante tí, como querías, me tienes justo donde me quieres y ya no hay vuelta atrás. 




                                      Continuará...



Notas Finales:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.